twitterfacebookgoogle plus
linkedinrss feedemail

martes, 31 de julio de 2012

Cinco excusas que te mantienen enferma (y cómo destruirlas) por Matt Frazier

                                                                   Traducción del inglés al español

Todos y cada uno de nosotros, como seres humanos, estamos ligados a elegir el camino de menor resistencia. Estamos programados para conservar la energía para cuando la podamos necesitar y para evitar el riesgo siempre que sea posible, porque eso es lo que les permitió a nuestros antepasados ​​ sobrevivir (y reproducirse) en un mundo lleno de peligros desconocidos. Es por eso que ahora el status quo - probado, predecible, familiar - es tan cómodo. Y es por eso que el cambio es tan difícil, aún cuando nuestras vidas dependan de cambiar. Me refiero, por supuesto, a nuestra salud.

Como Steven Pressfield y Seth Godin han escrito con tanta gracia, lo aplazamos porque, en el fondo, tenemos miedo de empezar. La resistencia o cerebro reptiliano, va a luchar con uñas y dientes para mantenernos donde estamos; ya que el cambio es arriesgado y donde estamos nos sentimos seguros. Pero cuando se trata de la salud, donde estamos no es seguro. Es conocido, claro, pero no es seguro.

Las excusas que utilizamos para justificar un paquete más de cigarrillos, un programa más de televisión o un paseo rápido como copiloto (es conveniente, es que he tenido un mal día) son las herramientas de este temor. Lo que decimos para auto distraernos, para hacernos sentir bien por un momento, no es más que una cortina de humo.

Es hora de disipar la neblina. Lo que sigue es una lista de las cinco excusas y miedos más comunes y debilitantes que mantienen a la gente enferma y sin poder para cambiar. Encuentra la que te está deteniendo y ve lo engañosa que es.

1. "Antes de comenzar, tengo que planificar." Claro, la planificación es importante. Pero en este momento, es sólo falta de decisión. Ya sabes lo que se dice: "Antes de empezar, tengo que conseguir ropa adecuada. Y tenis. Y unirme a un gimnasio. Y cargar algunas nuevas canciones en mi iPod. Luego voy a adquirir un plan alimenticio e ir de compras. ¡Y entonces estaré lista para comenzar! "
Tal vez necesites todas esas cosas. Pero primero, sólo empieza.
Es fácil: sal a la calle y empieza a caminar o súbete en la bicicleta. Camina en una dirección sólo cinco minutos – acelera cuando quieras,  cálmate cuando lo desees. Disfrútate - juega - luego da la vuelta y regresa a casa. Hazlo de nuevo al día siguiente, y el día después de ese, siéntete libre de hacer un poco más, según te vaya permitiendo tu cuerpo. Incrementa tu ímpetu realizando un pequeño avance cada día. Entonces, y sólo entonces, debes pensar en un plan.

2. "Estoy tan fuera de forma, es abrumador pensar en estar saludable". Por el momento no te concentres en ponerte en forma. Lo importante es dar el primer paso. Míralo como un experimento: comprométete  a comer bien o hacer ejercicio durante una semana, para ver cómo te funciona. Sé curiosa y juguetona, pero comprométete de verdad: establece algunas reglas básicas, díselo a la gente …….(hipervínculo), y no hagas trampa.

En estos momentos olvídate de las metas de salud a largo plazo. Sólo observa cómo te sientes, prestando especial atención a tu estado de ánimo y mentalidad, pues es donde los cambios se manifestarán primero. Cuando se cumpla ese tiempo, felicítate por tu constancia. Si a estas alturas no te motiva seguir adelante, puedes parar sin sentirte culpable y cambiar tu enfoque. Pero tal vez te sientas más ágil. Con más energía. Más feliz. Estos beneficios adicionales son inmediatos, no importa lo lejos que estés de tu ideal.

Ahora bien, ¿qué pasaría si hicieras esto de nuevo por dos semanas o 30 días? Inténtalo de nuevo, con el mismo fiel compromiso, y evalúa de nuevo cuando llegues al final. Lo mejor de esta propuesta, es que se enfoca en el proceso, no en el resultado, y al mismo tiempo impide que te sientas como si estuvieras atrapada en algo que no disfrutas.

3. "Yo no sé cocinar, ni tengo tiempo para hacerlo. "Te creo. No tienes dos horas cada noche para pasarlas preparando una comida gourmet para tu familia, ni eres una experta en combinar sabores y texturas para crear perfectos y hermosos platillos que a la vez sean saludables. Pero apuesto a que puedes seguir instrucciones. Tómate cinco minutos para buscar recetas sencillas en este y otros sitios. Muchas de ellas no te tomarán ni media hora para prepararlas.
Aquí tienes algunos ejemplos de comidas deliciosas, nutritivas y rápidas de prepararse:
    Smoothies ; frijoles y arroz; un grano, un verde y un frijol; Soup ; guisos en olla de cocción lenta

El cocinar, velo como una oportunidad para trabajar con las manos y estar presente en el momento, concentrándote sólo en eso. Disfruta los olores, las texturas, el proceso. En domingo, de vez en cuando, me paso tres horas en la cocina preparando pasta o lasaña de vegetales, es mi mejor meditación de toda la semana.

4. "La gente se reirá de mí cuando haga ejercicio porque estoy fuera de forma. "Algunas podrán reírse. Y lo harán por su propia inseguridad. Pero la mayoría de la gente está tan distraída y concentrada en sus propias vidas que ni siquiera se fijarán en ti. De los que te presten atención, la gran mayoría se inspirará y van a envidiar tu determinación. No es broma. Más de 5 millones de personas ven The Biggest Loser(el gran perdedor) cada semana. ¿Lo están haciendo para burlarse? No, lo ven porque los motiva, aunque nunca vayan a tomar medidas.

Cuando la gente te ve trabajando duro para ponerte en forma, les recuerda que ellas, de alguna manera, están en esa lucha interna también. Sin darte cuenta, incluso si estás haciendo esto sólo por ti, te conviertes en líder a través del ejemplo. La gente es atraída a eso. Lo sé, se siente como si todo el mundo  te estuviera observando, juzgando.  Pero confía en mí: en el interior, ellas coinciden contigo.

5. "Me gustaría hacer ejercicio con un grupo o tomar una clase, pero temo no poder mantener el ritmo." La forma más rápida de mejorar en algo es acercarte a la gente que está obteniendo los resultados que tú deseas. (Lo has escuchado antes, ¿verdad? Si quieres saber tu peso, suma el peso de tus 5 mejores amigas, divídelo entre cinco, y probablemente no andes tan mal.)

Pero al estar con un grupo aparece el miedo a ser "la débil". La que no puede mantenerse, la que tiene que ser jalada por los demás. La mayoría de nosotras hemos estado allí en algún momento, y no es divertido. Entonces, ¿cómo superar este miedo? Acéptalo y enfréntalo. De antemano hazle saber al grupo que crees poder tener problemas para mantener el ritmo. Diles que si necesitan avanzar, no te ofenderás, que tan sólo estás emocionada de trabajar y aprender de ellas.
Con eso, sin pretexto al aire, ya no hay de qué avergonzarse. Atrás han quedado el dolor y el daño potencial de presionarte demasiado a tí misma para evitar la vergüenza. Y probablemente no pasará mucho tiempo en que estés ayudando a alguien que sea nueva y temerosa.
Empieza.
El momento de dar el primer paso es hoy. Si un defecto en tu excusa ha sido expuesto, aprovéchate de eso ahora, antes de que el miedo pueda llegar con una excusa mejor. Conseguir empezar por tí misma es la parte más difícil. A medida que comienzas a experimentar los resultados y tus nuevos hábitos se refuerzan, se vuelve fácil. Descubrirás que entre más energía uses, más tendrás, y que estar saludable es realmente agradable. Claro, es posible que tropieces al principio. Ponerse en forma no es tan fácil como ver televisión o comer lo que quieras. Pero todo está bien. El truco no es nunca caer, sino nunca quedarse abajo. Cuando metas la pata, utilízalo como una oportunidad para adaptarte y mejorar, no como una razón para rendirte.

Y cuando las excusas resurgen, da un paso atrás, sonríete a tí misma, y velas como lo que son - un último esfuerzo del viejo tú, la comodidad, tu temor al cambio, para volver a como eran antes las cosas.
Deja de creer en tus excusas. Empieza.

Matt Frazier helps people discover their inner athlete and the simplicity of a plant-based diet. Get fitness tips and healthy recipes at his blog, No Meat Athlete, or sign up for his free series on getting started with plant-based fitness.

martes, 24 de julio de 2012

Los diez errores más grandes de organización por Lorie Marrero


          Traducción del inglés al español

 ¿Estás tratando de organizarte, pero sigues atrapada en el caos? Lorie Marrero, autora del best seller
The Clutter Diet  está aquí para ayudarte. Sus expertos consejos te ayudarán a evitar los diez errores comunes del desorden para que al fin te organices bien.

Error 1: No pensar en el proyecto antes de iniciarlo.

Cuando las personas deciden organizar una despensa o un armario, a menudo se lanzan al proyecto sin antes pensar en las funciones de ese espacio o sin planificar un sistema para mantenerlo. Toma unos momentos para pensar en cómo te puede funcionar mejor ese espacio, qué hábitos crearon la desorganización, quién vas a utilizar esa área y qué estas tratando de lograr, antes de sumergirte en eso.

Error 2: Olvidarse de la prevención
Puedes atacar el desorden acumulado y obtener algunos resultados rápidos, pero en el camino, también necesitas considerar la prevención ¿Podrías dejar de comprar ese par de zapatos extras? ¿Le dirías no a algunas de esas prendas de segunda mano de los parientes que en realidad no necesitas? ¿Podrías pasar por alto esos folletos y artículos que sueles recoger sólo porque son gratis? Considera cuidadosamente todo antes de permitirle cruzar el umbral de tu casa.


Error 3: Comprar productos de organización antes de saber lo que se necesita
La gente suele canalizar su motivación por el desorden hacia su tienda favorita para abastecerse de recipientes de almacenamiento y otros productos de organización. Como organizadora profesional he visto muchas compras bien intencionadas convertidas en desorden adicional. ¿La mejor propuesta? Primero enfócate en tu proyecto, averigua lo que necesitas y haz una lista de compras. Apunta siempre las medidas y lleva una cinta métrica pequeña contigo a la tienda para evitar errores de compra.

Error 4: Pensar que un producto soluciona un problema
Los productos para organizar no necesariamente van a resolver un problema de organización. El mejor estante de zapatos en el mundo no funciona si no pones los zapatos en él siempre. Asegúrate de pensar bien un sistema para cualquier producto que compres y de que tienes claro cómo usarlo.

Error 5: No tener un plan de eliminación
A menudo la gente limpia un armario y acaba con ropa y juguetes no deseados, que mantiene amontonados por semanas. Inicia la organización con un plan de cómo vas a deshacerte de los objetos que ya no quieres. Tendrás que decidir un lugar para las donaciones (como
 Goodwill ) o alguna manera de venderlos (por ejemplo Craigslist, eBay o en una venta de garaje) y checar las políticas de reciclaje y basura en tu ciudad.

Error 6: Tener espacio sin asignar
¿Tienes una mesa con todo revuelto? Cuando un espacio está disponible sin un propósito claro de uso, por lo general está desordenado. Ten como regla despejar a diario las grandes superficies planas como las mesas y mostradores, o al menos una vez a la semana. Y si tienes múltiples compartimentos en tu escritorio para los papeles etiquétalos por sobres, catálogos, recibos u otro propósito, y evita que se conviertan en un nido para algún animal que llegue ahí por accidente.


Error 7: Poner las cosas en algún lugar "por mientras"
Cuando guardas algo "por mientras", estás retrasando las decisiones de si debes conservarlo, dónde guardarlo, a quien dárselo o la acción a tomar sobre el mismo. Obsérvate cuando dices esa pequeña "frase de peligro" y te evitarás otro desorden.


Error 8: Guardar cosas porque nos parecen útiles
¿Mantienes las cosas que no necesitas sólo porque no resististe comprarlas? Uno de mis clientes mantenía una bolsa nueva de arena para gatos en su garaje en un espacio atestado porque estaba "perfectamente bien" para usarse. Su gato, sin embargo, había muerto tres años antes. Se dio cuenta que donar la bolsa de arena para gato al refugio local de animales fue benéfico para todos los involucrados. Sólo porque algo es útil, no significa que sea útil para ti. Encuéntrale un buen hogar a la falda que no usas o al utensilio de cocina sin abrir  y sigue adelante.


Error 9: No comunicar tu sistema a otros
Has terminado de organizar tu despensa y sigues abriendo la puerta para admirar tu trabajo. Pero dos semanas más tarde ¡tu despensa es un lío otra vez! Otros miembros de la familia no siempre podrían seguir tu sistema, pero si etiquetas los espacios de almacenamiento y haces tu sistema fácil y obvio, hará tu trabajo mucho más fácil. Siempre que puedas, orienta a la gente sobre el nuevo sistema y explícales exactamente lo que necesitan hacer para que se vea agradable.


Error 10: No asignar las tareas de mantenimiento
Después de terminar el proyecto de organizar tu hermoso clóset , tómate un momento para revisar las tareas implicadas en su mantenimiento. La ropa necesita ser colgada a diario, los montones de prendas de vestir deben plancharse y doblarse con regularidad, los ganchos deben llevarse una vez por semana  al cuarto de servicio y el lavado de ropa necesita hacerse con frecuencia. ¿Quién va a hacer esas tareas y cuándo? Muchas de las tareas no se hacen porque ambas partes piensan que el otro va a hacerlo. Comunica de forma clara a quién le pertenece cada tarea para evitar confusiones.

viernes, 13 de julio de 2012

Cómo no apresurarse, Leo Babauta


"La naturaleza no se apresura, sin embargo, todo lo logra."  Lao Tsé
  Considera la frase anterior de Lao Tsé, padre del taoísmo, ¿cómo puede ser verdad eso? ¿Es posible nunca tener prisa y poder hacerlo todo?
Parece contradictorio para nuestro mundo moderno, donde todo es prisa, donde tratamos de aprovechar cada minuto del día tanto como sea posible y que si no estamos ocupados, nos sentimos improductivos y perezosos. De hecho, a menudo competimos tratando de mostrar lo ocupados que estamos. ¡Tengo ciento de proyectos que hacer! ¿Ah, sí? ¡Yo tengo diez mil! El ganador es la persona que tiene el horario más loco, que corre de una cosa a otra con la energía de un colibrí, porque, obviamente, eso significa que es más exitosa e importante. ¿Correcto? 

Tal vez no. Tal vez estamos jugando el juego equivocado - hemos sido condicionados a creer que el más ocupado es el mejor, pero de hecho la velocidad para hacerlo no es tan importante como la atención que ponemos en hacerlo. Tal vez vamos a la velocidad equivocada. Si estamos constantemente aprisa, quizá nos perdamos la oportunidad de la vida misma. Vamos a dejar de lado la obsesión por la velocidad, a bajarla un poco, aquietarnos y disfrutar de la vida. Y aún así tener todo listo.

Veamos cómo.
Un cambio de mentalidad
El paso más importante es la comprensión de que la vida es mejor cuando te mueves a un ritmo más lento y relajado; en vez de apresurarte, correr y tratar de hacer demasiadas cosas cada día. En lugar de eso, hay que sacar el máximo provecho de cada momento.
¿Un libro es mejor si aceleras la lectura, o si te tomas tu tiempo y te sumerges en él? ¿Una canción es mejor si la oyes superficialmente, o si te tomas el tiempo para escucharla con atención? ¿La comida es mejor si la tragas, o si saboreas cada bocado y realmente aprecias el sabor?
¿Tu trabajo es mejor si estás tratando de hacer diez cosas a la vez, o si realmente te concentras  en una tarea importante a la vez? ¿El tiempo que pasas con un amigo o ser querido es mejor si tienes una reunión apresurada, interrumpida por tus correos electrónicos y mensajes de texto, o si puedes relajarte y ponerle atención a la persona? La vida como un todo es mejor si vas despacio y te tomas el tiempo para saborearla, para apreciar cada momento. Esa es la razón más simple para no apresurarse.
Así que necesitarás cambiar tu forma de pensar (si es que estás atrapado en una rutina acelerada). Para hacerlo, simplemente hay que reconocer que la vida es mejor cuando se saborea y que se trabaja mejor cuando estamos concentrados. Luego haz el compromiso de intentarlo, tomando algunos de los pasos a continuación.

¡Pero no puedo cambiar!
Habrá alguno de ustedes que admitirán que sería bueno ir más despacio, pero simplemente no pueden hacerlo ... tu trabajo no lo permite, o vas a perder ingresos si no haces muchos proyectos , o que vivir en la ciudad hace muy difícil andar tranquilo. Es un hermoso ideal si vives en una isla tropical, en el campo o si tienes un trabajo que permita controlar tu horario ... pero eso no es aplicable a tu vida. Yo digo: ¡tonterías!. Asume la responsabilidad de tu vida. Si tu trabajo te obliga a correr, toma el control. Haz cambios en lo que haces, en la forma de trabajar; si es necesario habla con tu jefe. Y si es en verdad inevitable, puedes cambiar de trabajo. Tú eres responsable de tu vida. Si vives en una ciudad donde todo el mundo corre, date cuenta que no tienes que ser como los demás. Puedes ser diferente. Puedes caminar en vez de conducir en el tráfico a la hora pico. Puedes tener menos reuniones. Puedes trabajar en menos cosas pero más importantes. Puedes estar menos tiempo en tu iPhone o Blackberry y desconectarte a veces. El entorno no controla tu vida – tú lo haces. No te voy a decir cómo asumir la responsabilidad de tu vida, pero una vez que tomes la decisión, el cómo llegará con el tiempo.

Consejos para reducir el ritmo de tu vida.
No puedo darte una guía paso a paso para avanzar más lento, pero aquí hay algunas cosas a considerar y quizás adoptar, si funcionan para tu vida. Algunos puntos pueden requerir que cambies algunas cosas importantes, pero se pueden hacer con el tiempo.

  1. Haz menos. Reduce tus proyectos en tu lista de tareas, de lo mucho que tratas de hacer cada día. No te centres en la cantidad sino en la calidad. Elige 2 ó 3 cosas importantes - o incluso sólo una cosa importante - y trabaja en esas primero. Guarda las más pequeñas y las tareas rutinarias para más tarde, pero tómate el tiempo para concentrarte. Read more.
  2. Asiste a menos reuniones. Las reuniones son por lo general una gran pérdida de tiempo y devoran tu día, obligándote a forzar las cosas que realmente necesitan atender, y hacen que te apures. Trata de programar períodos de tiempo sin interrupciones, para que no tengas que correr de una reunión a otra.
  3. Practica la desconexión. Planea momentos para apagar tus dispositivos y tus notificaciones por correo electrónico y otras cosas. Tiempo sin llamadas telefónicas cuando estás creando, cuando estás pasando el tiempo con alguien o simplemente leyendo un libro; mientras das un paseo, o simplemente concéntrate en comer. Incluso te puedes desconectar por un día entero, y no resultar lastimado. Te lo prometo.
  4. Date tiempo para prepararte y llegar a tiempo. Si corres constantemente a tus citas o a otros lugares donde debes estar, es porque no programas en tu agenda el tiempo suficiente para alistarte y viajar. Modifica tu horario y dale tiempo a estas cosas. Si piensas que sólo te toma 10 minutos para estar lista para el trabajo o una cita, tal vez puedas darte 30-45 minutos, así no tendrás que afeitarte aprisa o maquillarte en el coche. Si piensas que puedes llegar en 10 minutos, tal vez si te das 2-3 veces esa cantidad puedas ir sin prisas y tal vez incluso llegar temprano.
  5. Practica sentirte cómoda al estar sentada sin hacer nada. Una cosa que he notado es que cuando la gente tiene que esperar, se vuelven impacientes o incómodos. Ellos quieren su dispositivo móvil o por lo menos una revista porque de pie y esperando es, o bien una pérdida de tiempo o algo que no está acostumbrado a hacer sin sentirse inseguro. En vez de eso, trata de estar allí sentada, mirando a tu alrededor, sumergiéndote en el ambiente. Trata de estar parada en la fila, viendo y escuchando a la gente que está ahí. Se necesita práctica, pero después de un tiempo, lo harás con una sonrisa.
  6. Toma en cuenta que si no se hace, está bien. Siempre hay un mañana. Y sí, sé que es una actitud frustrante para algunos de ustedes que no les gusta la lentitud, la desidia o la vida sin plazos firmes, también es la realidad. El mundo seguramente no se acabará si no haces esa tarea hoy. Tu jefe puede enojarse, pero la empresa no se derrumbará y la vida continuará, inevitablemente. Y las cosas que necesiten hacerse se harán. 
  7. Comienza a eliminar lo innecesario. Cuando haces las cosas importantes con atención, sin prisa, habrá cosas que se queden sin hacer. Y tienes que preguntarte: ¿Qué tan necesarias son estas cosas? ¿Qué pasaría si dejara de hacerlas? ¿Cómo puedo eliminarlas, delegarlas o automatizarlas?
  8. Practica la atención. Basta con aprender a vivir en el presente, en lugar de pensar demasiado en el futuro o en el pasado. Cuando comas, saborea plenamente tu comida. Cuando estás con alguien, atiéndelo por completo. Cuando estás caminando aprecia tu entorno, sin importar dónde te encuentres. Para leer más sobre el tema consulta  Read this y también The Mindfulist  
  9.  Poco a poco elimina los compromisos. Nos comprometemos en exceso y por eso andamos tan acelerados. No me refiero sólo al trabajo, los proyectos, las reuniones y cosas similares. Los padres tienen un montón de cosas que hacer con y para sus hijos, y saturamos a nuestros hijos también. Muchos de nosotros tenemos vidas sociales ocupadas, compromisos cívicos, entrenamientos o jugamos en los equipos deportivos. Tenemos clases, grupos y aficiones. Pero al tratar de meter tanto en nuestras vidas, en realidad estamos deteriorando la calidad de vida. Poco a poco elimina compromisos, escoge 4-5 que sean esenciales y observa que el resto, aunque agradables o importantes, simplemente no encajan en estos momentos. Cortésmente, informa a la gente que no tienes tiempo para asistir a esos compromisos.

Prueba con estas cosas. La vida es mejor cuando andamos sin prisas. Y dada la naturaleza fugaz de esta vida, ¿por qué desperdiciar el momento sólo por estar apresurados?

Recuerda la cita al comienzo del artículo: si la naturaleza puede hacer todo sin prisas, tú también puedes.

 Zen Habits is about finding simplicity in the daily chaos of our lives. It’s about clearing the clutter so we can focus on what’s important, create something amazing, find happiness.
It also happens to be one of the
Top 25 blogs and Top 50 websites in the world, with about 237,000 readers, and is uncopyrighted. Zen Habits features one or two powerful articles a week on: simplicity, health & fitness, motivation and inspiration, frugality, family life, happiness, goals, getting great things done, and living in the moment.
My name is Leo Babauta, and I’m the creator and writer here. I’m married with six kids, I live in San Francisco (just moved here from Guam), I’m a writer and a runner and a vegan