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martes, 17 de diciembre de 2013

Cómo saborear la vida, por Leo Babauta

"Muchas personas viven, pero no tocan el milagro de estar vivas”. Thich Nhat Hanh
Afuera aún está oscuro, el mundo permanece dormido mientras escribo estas palabras, y acabo de terminar mi meditación de la mañana. Me tomo mi café y saboreo el silencio, la quietud, el momento de poder pensar sin que me distraiga el internet o alguna otra cosa. Saborear... es un acto mágico.

Saborear se aplica generalmente a la buena comida: toma un simple cuadrado de chocolate oscuro y ponlo en tu boca, pero no lo mastiques ni lo devores. Déjalo reposar allí, mientras lo disfrutas, notando sus pedazos terrosos, los toques de cítricos, la riqueza de su textura que se deshace en tu boca. Muy a tu pesar tienes que tragarlo después de retenerlo, apreciando plenamente lo exquisito que está y te das tiempo para pensar en las personas que cultivaron las semillas, que las tostaron, molieron y las pusieron en este delicioso cuadrito.

Pero saborear la comida es sólo el comienzo: se puede saborear cualquier cosa, y deberías hacerlo. Es maravilloso. Y lo cambia todo. Saborear te puede enseñar a ser consciente, a dejar la desidia por un lado para finalmente ponerte a hacer ejercicio, comer menos y más saludable, vivir la vida en el presente y mucho más. Veamos cómo. Y, mientras lees esto, te invito a que disminuyas la velocidad de tu práctica habitual de leer con rapidez, y saborear la lectura de este artículo.

La Práctica
La degustación de un cuadrado de chocolate negro es una buena práctica que puedes hacer una vez al día. Me gusta usar el té, que me enseñó mi amigo Jesse of Samovar Tea Lounge, porque es tan ligero (en comparación con las bebidas de café azucaradas) que tienes que poner mucha atención para obtener el máximo provecho de ella. Al saborear el té, el chocolate o un puñado de semillas... relájate. Pon mucha atención - cuanto más concentrada la atención, más profunda es la degustación. No te precipites a la siguiente cosa, detente y dedícale un poco de tiempo a esta la actividad. Despreocúpate por lo que tienes que hacer después, estás disfrutando plenamente el presente. Esto es saborear, y requiere práctica. Puedes hacerlo justo ahora, donde quiera que estés: haz una pausa y mira a tu alrededor y disfruta de este momento. Incluso si no parece que sea especial porque, seamos sinceros, has hecho lo que estás haciendo una y mil veces, saboréalo. Aprecia el regalo que te has estado dado.
Esta es una práctica que puedes hacer varias veces al día – encuentra algunos rituales para saborear; ya sea disfrutar tu té de la mañana o tu café (sin azúcar) o tomar un baño, o leerle a tu hijo, o tener un ritual del té a media tarde, o acurrucarte con un ser querido. Entre más practiques, mejor lo disfrutarás.

Negligencia
Posponemos algunas cosas porque nos incomoda realizarlas y en vez de eso queremos hacer las cosas más cómodas (más fáciles o más familiares). No queremos escribir ese informe, artículo o capítulo, porque es difícil, y es más fácil ver los emails y cuidar de un montón de pequeñas tareas. Es más fácil dejar fuera esas tareas temidas. Pero saborear puede ayudar. Tomemos como ejemplo la escritura (el proceso es el mismo para cualquier cosa, ya sea limpiar tu cuarto de baño o calcular los impuestos)... tienes algo para escribir y sabes que es importante. La forma más habitual es decir: "Bueno, yo debo escribir esto, pero primero checaré si algo importante llegó a mi correo electrónico... y tal vez mi Twitter y Facebook también... oh, ¿Qué es este artículo tan interesante que he encontrado?"
Cuando saboreamos, tomamos esta tarea de escribir y nos tranquilizamos. Le damos un poco de espacio a la tarea - sin cambiar rápidamente a la siguiente cosa. Le prestamos atención y encontramos sus aspectos agradables. Y, de hecho, cualquier actividad los tiene, si nos detenemos y prestamos atención. Cuando saboreamos, nos damos cuenta de estas cosas, y disfrutamos plenamente. Nos deleitamos en el momento de hacerlas, y nos dejamos envolver en su placer.
Así que en lugar de cambiar a algo más, nos sentamos allí con la escritura. Nos percatamos de nuestro deseo de cambiar y lo dejamos ir - después de todo, estamos saboreando esto, así que no podemos cambiar! Recordamos otras cosas que tenemos que hacer, y las dejamos ir también. Estamos aquí, saboreando. Escribimos, y al hacerlo observamos cómo se sienten nuestros dedos mientras se mueven sobre las teclas, y disfrutamos al plasmar nuestros pensamientos en la pantalla, y observamos nuestra respiración, nuestros hombros, nuestra mandíbula, las piernas, los pies al sentarnos y escribir. Sabemos que muchas personas no tienen la suerte de darse el lujo de escribir y por eso estamos agradecidos por este momento, que, sin embargo, es fugaz.

Haciendo la actividad perfecta ahora
Hoy en día una fuente constante de ansiedad para la mayoría de la gente es que podemos hacer casi cualquier cosa en cualquier momento. Y nos preguntamos: "¿Estoy haciendo lo correcto en este momento?" ¿O mejor debería estar haciendo ejercicio? ¿Debo estar revisando lo que está pasando en mis redes sociales? ¿Hay otras personas haciendo algo mejor? ¿Hay una mejor manera de hacer esto, una mejor herramienta, un método más inteligente, una forma más rápida? Cuando saboreas, puedes eliminar esta ansiedad. Estás disfrutando esta actividad, por lo tanto, deja que todos los demás pensamientos se vayan  y enfócate. Le das su espacio a esto, lo haces y lo aprecias en plenitud. Y así sabes que estás haciendo la actividad perfecta en este momento, sea lo que sea, porque nada puede ser tan delicioso como saborear este momento.

Comer concientemente
Uno de los problemas que causa que mucha gente tenga sobrepeso es que comen demasiado (se podría decir que es el problema principal). Una gran razón por la que la gente come demasiado es que comen grandes cantidades de comida rápidamente. Es sabroso, por eso hay que comerlo rápido! Y conseguir un poco más! Lo sé porque lo hice durante años. Y todavía, de vez en cuando.
Pero también he aprendido y me doy el tiempo para disfrutar mi comida. Y cuando lo haces, no sólo la metes a tu garganta, sino que haces una pausa por cada bocado (no tomas el siguiente bocado, tan pronto como pusiste el último en tu boca) y le das el tiempo, y te deleitas con él. Esto significa que realmente notas cada sabor de esa porción, su textura, y reflexionas sobre su origen, quién la hizo, lo que entró en ella (esperamos que no sean químicos!), Y lo que va a hacer por nuestro cuerpo.
 Es difícil comer en exceso cuando saboreas cada bocado sin prisas. De esta manera, también se puede aprender a disfrutar de los alimentos más saludables, como verduras de hojas verdes o almendras crudas y las nueces o el tempeh o tofu. También puedes comer de manera saludable la mayor parte del tiempo, y luego disfrutar de un poco de pastel de cumpleaños sin exagerar, ya que sólo necesitas un poco para poder saborearlo.

Ejercicio
Me encanta hacer ejercicio. Es una declaración que la mayoría de la gente probablemente no haría. Me encanta el ejercicio de un buen entrenamiento duro, la buena sensación de levantar algo pesado, sentir la tierra moviéndose bajo mis pies mientras corro en silencio. La mayoría de la gente le teme al ejercicio, y por eso lo descarta. Pero tú puedes disfrutar de una sesión de ejercicios. Puedes disfrutar de una buena caminata, una carrera o un paseo. Date un poco de tiempo para entrenar y estar consciente de ello en el momento que lo haces, observa plenamente tu cuerpo mientras se mueve y trabaja, observa tu respiración y los pies al tocar el suelo, toma conciencia del aire, los olores y los paisajes que te rodean. Saborear el ejercicio hace que sea más agradable, te invita a que lo hagas y hace que el tiempo que pasas haciéndolo sea perfecto.

Viviendo en el Presente
Disfruta todo lo que haces, cada experiencia. No hay un momento que no pueda ser saboreado - incluso esos momentos de rutina, incluso esos momentos en los que estás teniendo un conflicto con otra persona, incluso aquellos momentos en los que estás solo, sin nada que hacer. Saborear es tratar de aprender a vivir en el presente, disfrutar plenamente el regalo de cada momento, para darle el tiempo y la atención que se merece. Se necesita practicar, pero es una deliciosa práctica.

    “Mientras caminas y comes y viajas, debes estar donde estás. De lo contrario perderás la mayor parte de tu vida” ~ Buddha

Leo Babauta is a simplicity blogger & author. He created Zen Habits, a Top 25 blog (according to TIME magazine) with 260,000 subscribers, mnmlist.com, and the best-selling books focus, The Power of Less, and Zen To Done.
Babauta is a former journalist of 18 years, a husband, father of six children, and in 2010 moved from Guam to San Francisco, where he leads a simple life.

  Posted by The Empowerment Weekly 
Traducción del inglés al español hecha por Destellos del Saber

martes, 10 de diciembre de 2013

LA NAVIDAD por el S.H.M. Dr. José Manuel Estrada



Comentario: Dado que nos acercamos ya a las fiestas decembrinas y esperamos con ansia el 24 de diciembre para cenar con la familia, recibir y dar regalos y festejar la Navidad, les compartimos unos párrafos del libro “Enseñanza Viviente”, del S.H.M. Dr. José Manuel Estrada, quien nos habla del significado esotérico de esta tradicional celebración mundial.

“La Navidad o Natividad del Señor vista desde el ángulo estrictamente esotérico, es un acontecimiento cósmico: aunque no hubiese nacido Jesús el Cristo, la Natividad del Señor no hubiese dejado de existir; ya que en última instancia, el nacimiento de Cristo no es otra cosa que la expresión gramatical para definir una frecuencia vibratoria de la mente cósmica denominada –por la sutileza de su onda- vibración crística o espíritu crístico. Este tipo de vibración que por su alta frecuencia lo denominamos espíritu, se encuentra en forma potencial en el núcleo o corazón mismo de los soles que pueblan el universo infinito”.

“Este potencial espiritual, trasfondo de la energía solar, es el que tiene el control de la evolución del sistema planetario. Se manifiesta en forma de “diástole” y “sístole” obedeciendo a la ley universal de expansión y contracción por la cual nuestra Galaxia se encuentra en su período de expansión. Obedeciendo a esta ley, la energía espiritual solar entra en su período de “diástole” el 21 de diciembre que se supone –simbólicamente hablando- debe ser el día más frío del año en el hemisferio norte y es el día más corto para el mismo hemisferio. Esta diástole se extiende hasta el 21 de junio, día más corto y que se supone es el más frío del hemisferio sur”.

“Esotéricamente hablando, el hemisferio norte vibra con el Sol y el hemisferio sur con la Luna. Por esto, en la evolución del planeta, el hemisferio norte va a la cabeza. Es así como la Pascua, que es la celebración del nacimiento del niño Dios, lo es para todo el planeta. En esta forma el 21 de diciembre comienza la diástole espiritual en el núcleo solar y se expande a la periferia del sistema planetario, imantando a todos los planetas. Siendo la Tierra un planeta habitado por seres humanos, con una psiquis en evolución espiritual crística, éstos la traducen en concepción mística, de donde surge el nacimiento del Niño Dios el 24 de diciembre para todo el planeta”.

“La palabra Pascua viene del latín “pascha” que a su vez viene de la palabra hebrea que significa “paso” o sea que el nacimiento de Cristo es el símbolo del paso en la humanidad del estado de conciencia humano al Crístico, el brote de la luz en la oscuridad: el 21 de diciembre astrológicamente haciéndolo, procedente de la mansión de la Luna (21 de junio Cáncer) el Sol penetra en los dominios de Saturno o sea Capricornio y así, como dos cables electrónicos se juntan para producir la chispa que efectúa la luz, así el positivo Sol (luz física) con el negativo (luz negra) Saturno, se juntan para producir en el útero del Sistema Solar (la Tierra) en su paso por el útero del Zodiaco (Cáncer) el niño DIOS, que es el símbolo del nuevo estado de conciencia que le espera a la humanidad en los actuales tiempos y que se le ha llamado “Hijo del Hombre”.

“Desde los comienzos del Sistema Solar nuestro, como en otros sistemas solares, el fenómeno de la Natividad del niño Dios se ha venido efectuando, pero sin manifestarse en el plano físico; dirían los espiritistas, “sin materializarse”. Fue el comienzo del fín del Kali Yuga, hace 2 mil años, que se hizo presente entre los hombres en forma individual con el nacimiento en Belén del Divino Nazareno. Fue así que la Madre Naturaleza dio a luz al Hijo del Hombre, inaugurando la segunda gran etapa de evolución de la Tierra denominada Satya Yuga (tiempo de luz). Vemos pues que en una fiesta de tradición religiosa está escondido un acontecimiento cósmico. Lo mismo ocurre con la muerte de El Redentor o sea la Pascua de resurrección, pero esto lo dejaremos para otra ocasión”.

....”Los cambios espirituales los define el Sol (me refiero al movimiento sístole-diástole o mejor dicho, a la relación entre las fechas y el movimiento). Al llegar el 24 de diciembre llega a su fin la contracción anual del Sol y comienza la expansión, es el día más corto del año. La tradición enseña que ese día hace contacto nuestro Sistema Solar con el diástole de la Galaxia, pero ese estudio es muy complicado y más adelante nos tomaremos toda una clase para ocuparnos de él; ahora solamente mencionaré que los movimientos del Sol, de la Tierra y de la Galaxia son a la manera del mecanismo de un reloj y trabajan al unísono como partes integrantes de la célula del Macrocosmo. Solamente podemos decir que el 24 de diciembre, por decirlo así, hace conexión el sístole del Sol con una especie de diástole que se produce en el centro de la Galaxia; cabe la comparación, diríamos que se produce la Chispa Divina en todos los sistemas solares de la Galaxia, o sea, que nace el Cristo en cada una de las Tierras que están en los sistemas solares que forman la Galaxia. A este respecto dijo Jesús: “en la casa de mi Padre muchas moradas hay.....”

Fuente: Libro “Enseñanza viviente” S.H.M. Dr. José Manuel Estrada