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martes, 21 de junio de 2011

Epifanía del ciclo humano por Pedro Magaña


Según la filosofía esotérica, cada uno de los espíritus ha pertenecido, pertenece y pertenecerá al gran todo, al absoluto, al mundo divino y otras definiciones que expresan la energía sutil del gran espíritu.

Si sabemos que la tierra junto con los demás planetas, satélites y asteroides salieron del sol, como la ciencia lo enseña; y que al inicio era una bola de fuego, fuego que por acción del aire en el espacio sideral se fue enfriando hasta que se convirtió en vapor y luego en agua, hasta llegar a lo más sólido que son los minerales los cuales encontramos en la tierra.

Así de forma similar nuestro espíritu se fue condensando y a la vez bajando de mundo en mundo, de dimensión en dimensión, hasta tocar fondo e inmediatamente emprender el retorno a la esencia de la que alguna vez fue parte. De la esencia a la presencia y de la presencia a la esencia.

Como habíamos dicho, los minerales que forman la tierra son a la vez el último y primer paso, el último hacia abajo y el primero hacia arriba. El reino mineral es el más antiguo y el que guarda la sabiduría de forma prístina, la más directa, de ahí que se le considere con especial respeto a las montañas, las planicies y las rocas, una de las formas de obtener esa información es subir a las montañas o caminar descalzo para conectarnos, otra es calentar las piedras para facilitar la comunicación, la cual se realiza desde la esencia de la roca hasta la esencia de nuestro ser. Ahora que si observamos la roca, su campo de acción es limitado, su movimiento es dependiente y sus ondas vibratorias son tan limitadas que casi  tendríamos que tocarla para sentir su calor, aunque este al rojo vivo. Una roca por si sola jamás tendrá noción de lo que pasa a unos cuantos metros de ella. Pero un día, después de miles o tal vez millones de años alcanzará el reino vegetal.

Este reino ya no es tan físico como el mineral, ahora las emociones que este reino despierta en nosotros son más obvias, el abrazar un gran árbol nos puede calmar al descargar todo nuestro estrés  y ni que decir de la multitud de colores florales y el espectáculo de las selvas y las  praderas, colores que en ocasiones disfrutamos como frutas o verduras, aquí predomina el agua, todo el reino vegetal subsiste dependiendo del elemento agua. Un árbol por ejemplo, tiene mayor campo de acción que una roca, pero aun es muy limitado y dependiente, porque si las condiciones del tiempo cambian bruscamente no le darán tiempo de adaptarse y morirá, si le falta agua morirá y a pesar que algunas plantas crecen muy alto o tienen grandes raíces solo serán un poco diferentes que los otros árboles, hasta que al igual que el mineral pase al siguiente reino que sería el animal.

En el reino animal todo cambia drásticamente, al principio nuestro cerebro no se ha desarrollado y dependemos del instinto que nos protege y nos ayuda a sobrevivir, como cualquier animal sobre la tierra. Es por instinto que el animal quiere satisfacer su hambre, no importando el tipo de comida, lo importante es llenar ese vacío estomacal, se ha sabido de ratas que comen cera de las veladoras aunque no les aporte mayor nutrimento o animales que comen lo que sea, incluso hombres y hasta sus propias crías.  Es por instinto que las aves vuelan las serpientes se arrastran, las abejas producen miel, en ocasiones nos asombramos de la forma tan “inteligente” que usan los gansos para volar, pero no es inteligencia, es instinto ya que siempre harán lo mismo. Todos los colibríes tienen un excelente dominio del vuelo, al poder volar en cualquier dirección incluso hacia atrás, pero no pueden arrastrarse o nadar ya que eso no está en su instinto, como las abejas por maravilloso que sea su trabajo al elaborar miel no podrán jamás tejer un complicado nido como lo hacen algunas aves, pero como todos los animales se pueden mover para buscar alimento, cobijo y seguridad. Más posibilidades que el mineral y las plantas pero limitadas por el instinto.

Y así seguimos avanzando en el largo viaje de regreso, para después de millones de años erguirnos y caminar en dos extremidades para semejarnos a lo que hoy conocemos como hombre, pero aun dominados fuertemente por el instinto, hasta que con una alineación planetaria que sucede cada diciembre, en la cual se dan las iluminaciones del universo, se enchufa el cerebro con la razón, ahora en vez de cazar instintivamente, criamos nuestro ganado, razonamos la selección de nuestra pareja, empezamos a cuestionar todo y a proponer algo diferente, la razón es una bendición que se le ha dado al hombre para que pueda tener la libertad de acción, razonando las cosas, hecho que aun hoy por hoy no hacemos y seguimos usando básicamente el instinto.

El instinto nos apresura a encontrar cobijo, comida, agua, sexo, etc. La razón nos ayuda a controlarlos y en algunos casos dominarlos, ya que actuar solo  por instinto nos acarrea muchos conflictos, como el adulterio, el robo, el coraje, la desesperación (si tenemos hambre lo que el instinto nos dice es que tenemos que comer, no importa de quien sea la comida o que comida sea. La razón nos dice que podemos pedir, comprar un poco o esperar a llegar a nuestro hogar).

Como humanos podemos usar la inteligencia mental (relacionada con el elemento aire) para buscar comida, cobijarnos si tenemos frio, movernos a un lugar mejor. Ahora el siguiente paso dependerá en gran parte de nosotros mismos ya que junto con la razón está el libre albedrio, ahora podemos decidir qué camino tomar, el que nos mueve horizontalmente a la izquierda y a la derecha o el que es recto y hacia arriba, sin insinuar que este último sea el mejor ya que cada quien debe elegir, también podemos elegir creer o investigar, tomando en cuenta que el investigar nos obliga al trabajo y la acción, lo cual a fin de cuentas formara nuestra personalidad o creer para evitarnos mucho trabajo y seguir la visión de otro.

Hay siete reinos por los que debemos pasar antes de terminar nuestro viaje. Cuatro pertenecen al mundo material y tres al mundo espiritual. En estos momentos salvo contadas excepciones estamos adentrándonos al quinto reino. Los primeros son el reino mineral, el reino vegetal, el reino animal y el reino del hombre.

De aquí en adelante no habrá más cambios físicos, todo tiende a desmaterializarse, o sea que queremos evitar que la pesada carga material nos impida avanzar y buscamos alternativas de cambio, pero este cambio es mental, es de conciencia sin juzgar el físico. Así tenemos a BUDA al cual se le considera obeso y a Vasichta el iluminador de KRISHNA con la piel pegada a los huesos, sin embargo los dos con un muy alto estado de conciencia.

Al ir a un estado de conciencia mayor, entenderemos las palabras sagradas de la biblia que dicen que Dios está en el cielo, en la tierra y en todo lugar, una vez adquirido este conocimiento, pasaríamos a la sabiduría para poder realizarlas y así, realmente sentir a Dios en todas las cosas.

Este sería el preámbulo a la integración total y entonces terminaríamos este particular viaje.