Cada ser humano es
único, con una misión muy específica que cumplir en esta Vida y que a la vez se
suma a la misión exclusiva de su género.
Hablando de la mujer, transcribo para ustedes
una Enseñanza extraída del libro “Enseñanza Viviente” del S.H.M. José Manuel
Estrada.
De acuerdo a la reeducación que trae la Gran Fraternidad Universal para los pueblos, se enseña que estamos justamente en los momentos precisos en los que la mujer ha de luchar por su verdadero lugar en el concierto de la evolución de las Naciones.
Pero no politiqueando con el hombre, sino representando su contraparte filosófica, con su aporte intuitivo que tanto necesita el hombre para solucionar sus problemas. Por ejemplo, existe un problema mundial que se necesita estar miope para no verlo; sin embargo, hay una absoluta indiferencia hacia él; el coeficiente de la humanidad actual ha demostrado su incapacidad para mantener en absoluta paz al planeta, para acabar con el hambre, la pobreza, la desnutrición, el analfabetismo, etc., en los lugares menos afortunados.
Pero no politiqueando con el hombre, sino representando su contraparte filosófica, con su aporte intuitivo que tanto necesita el hombre para solucionar sus problemas. Por ejemplo, existe un problema mundial que se necesita estar miope para no verlo; sin embargo, hay una absoluta indiferencia hacia él; el coeficiente de la humanidad actual ha demostrado su incapacidad para mantener en absoluta paz al planeta, para acabar con el hambre, la pobreza, la desnutrición, el analfabetismo, etc., en los lugares menos afortunados.
Debe surgir un nuevo
hombre, un diferente estado de conciencia que presente al mundo un ejemplo de
rectitud, honestidad y eficacia. Allí está la verdadera misión secreta que la
mujer actual tiene que cumplir: dar a luz ese nuevo hombre, tal vez sea
anunciado como el Nuevo Hombre de América o Hijo del Hombre para nuestros
tiempos.
Lo cierto es que,
analizando el problema a fondo, llegamos a la siguiente conclusión inevitable:
un mundo sumido en los tóxicos (alcohol, cigarrillos, café, carnes y las
denominadas drogas), no puede engendrar ni concebir ese nuevo hombre que salve
al mundo de los enredos y líos en que se encuentra, para implantar la paz en el
planeta.
Toca a la mujer
ejercer su facultad femenina, cumplir su misión ante el cosmos, que no es la
misma del hombre, necesita liberarse para hacer lo que debe hacer sin que el
hombre la interrumpa; prepararse física y mentalmente para producir esa nueva humanidad
que tanto esperamos. Para ello debe renunciar a los tóxicos, limpiar su
organismo de ellos y prepararse para conseguir ese nuevo hombre.
Ya se ha escrito
bastante sobre la dieta ovo-lacto-vegetariana, que es la más equilibrada. Ya
existe un número crecido de personas que siguen esta dieta y están produciendo
hombres y mujeres de sangre limpia. Se está observando que los hijos de este
tipo de mujeres tienen una mentalidad distinta a la de los hijos de quienes
usan carnes en su alimento; tienen más fuerza de voluntad para enfrentarse a
sus pasiones y más resistencia para soportar el dolor físico y el moral.
La mujer de hoy tiene
en sus manos el cambiar a la humanidad por otra más equilibrada, más sana y más
dueña de sí misma. Todo lo que ella necesita para su preparación al respecto
está ya en el medio ambiente; necesita del yoga y ya existen en todas las
grandes ciudades institutos para su aprendizaje, donde puede también entrenarse
en el llamado parto psicoprofiláctico (parto sin dolor); necesita alimentación
ovo-lacto-vegetariana, y ahora se multiplican los restaurantes vegetarianos y
las “carnes vegetarianas”. En la librería De la Ferriere se encuentra
literatura extensa sobre cocina vegetariana. Necesita la mujer aprender Astrología para conocer a su hijo (carácter y temperamento) desde antes de
nacer y para entender mejor a su esposo, familiares, etc. Necesita conocer
abogacía para defenderse y defender a sus hijos y, a veces, defenderse de su
esposo. En la misma forma requiere estudiar medicina, para que su hijo
encuentre junto a la cuna no sólo una madre, sino un médico consciente que sabe
administrarle lo que requiere. En fín, debe documentarse en todo para saber
escoger el cónyuge que ha de servirle para presentar esa Nueva Raza.
Las mujeres cultas e
inteligentes deben meditar en este problema, para que no se conviertan en
rémoras de aquellas que desean dar su aporte al advenimiento de este Nuevo Hombre.
Recordemos aquella
profecía para nuestros tiempos:
“Apareció en el cielo
una gran señal; una mujer vestida de sol; con la luna debajo de sus pies y
sobre su cabeza una corona de 12 estrellas. Y estando en cinta, clamaba con
dolores de parto, en la angustia del alumbramiento”. (Apocalipsis, Cap. 12)
Ayudemos a la Mujer en
ese Alumbramiento; si lo hacemos, dentro de veinte años aparecerán los “Hombres
de Nueva Levadura” que profetizara Don Miguel de Nostradamus, astrólogo y
médico francés, nacido hace 472 años.
Gran Gurú Dr. José
Manuel Estrada
Octubre de 1975