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martes, 29 de marzo de 2011

Buena lectura: El Caballero de la armadura oxidada

La siguiente lectura es un fragmento del libro “El Caballero de la armadura oxidada”, de Robert Fisher:

―Estoy harto de intentar comprender el significado de las cosas. Prefiero quedarme sentado en el arroyo y descansar.

―Mira –lo animó Sam-, si te enfrentas al dragón, hay una posibilidad de que lo elimines, pero si no te enfrentas a él, es seguro que él te destruirá.

―Las decisiones son fáciles cuando sólo hay una alternativa –dijo el caballero. Se puso en pie de mala gana, inspiró profundamente y cruzó el puente levadizo una vez más.

El dragón le miró incrédulo. Era un tipo verdaderamente terco.

― ¿Otra vez? –bufó-. Bueno, esta vez que te pienso quemar.

Pero esta vez el caballero que marchaba hacia el dragón era otro; uno que cantaba una y otra vez: «El miedo y la duda son ilusiones».

El dragón lanzó gigantescas llamaradas contra el caballero una y otra vez pero, por más que lo intentaba, no lograba hacerlo arder.

A medida que el caballero se iba acercando, el dragón se iba haciendo cada vez más pequeño, hasta que alcanzó el tamaño de una rana. Una vez extinguida su llama, el dragón comenzó a lanzar semillas. Estas semillas –las Semillas de la Duda- tampoco lograron detener al caballero. El dragón se iba haciendo aún más pequeño a medida que continuaba avanzando con determinación.

―¡He vencido! –exclamó el caballero victorioso.

El dragón apenas podía hablar.

―Quizá esta vez, pero regresaré una y otra vez para bloquear tu camino.

Dicho esto, desapareció con una explosión de humo azul.

―Regresa siempre  que quieras –le gritó el caballero-. Cada vez que lo hagas, yo seré más fuerte y tú más débil.

Rebeca voló y aterrizó en el hombro del caballero.

―Lo veis, yo tenía razón. El conocimiento de uno mismo puede matar al Dragón del Miedo y la Duda.

 A continuación cito dos párrafos de la contraportada del libro:

“El protagonista, un caballero deslumbrado por el brillo de su propia armadura, a pesar de ser bueno, generoso y amoroso, no consigue comprender y valorar con profundidad lo que tiene, descuidando «sin querer» las cosas y las personas que le rodean”.

“Prisionero de sí mismo, emprende entonces un viaje al final del cual, gracias a la ayuda de diversos personajes, logra deshacerse de la armadura que le ha imposibilitado abrirse al mundo. Este libro nos enseña, con un sutil sentido del humor, que debemos liberarnos de las barreras que nos impiden conocernos y amarnos a nosotros mismos para poder ser capaces de dar y recibir amor en abundancia”.

Te recomiendo que leas completo el libro, es muy ameno, trae las ilustraciones a color, la letra es grande, sólo tiene 98 páginas y lo más importe: …es una experiencia que expande la mente, que  llega al corazón y alimenta el alma”.