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martes, 24 de mayo de 2011

Sentir los colores Por Na Dong Drolma

En el Tíbet la mayoría de la gente usa los colores oscuros como el marrón profundo, el negro, azul medianoche, gris-verde, pero las mujeres siempre añaden un golpe de color. Ellas son muy aficionadas a las blusas de seda de colores brillantes, joyas, jade brillante, ámbar, turquesa, amatista, bolsos y cinturones intrincadamente bordados. Por lo general se puede sentir el color antes de verlo. Los colores traspasan mis sentidos antes de que lleguen a mis ojos. Verde, melón suave, azul, huevo pálido, azafrán, violenta, todos cantan canciones de gran poder.

Cuando estoy triste  cuelgo un brocado amarillo en mi habitación o si me siento lenta  puedo incluso pintar una pared de color rojo brillante para animar mi espíritu interior. Cada color cuenta una historia y envía un mensaje a mi mente y a mi corazón.

El color es siempre una buena medicina para mí. Me encanta. Debemos aprender a no sólo ver el color, debemos sentirlo con el alma. El color tiene el poder de sanar, de motivar, de calmar, de traer felicidad, paz espiritual y por supuesto, los colores estimulan nuestros sentidos.

El blanco es uno de mis favoritos. Es la ausencia de todo color, pienso que es como una canción bellamente silenciosa. Pura, clara, sencilla, abierta a todo, virgen, en blanco prístino. El blanco es tan vacío que llena todo.

El negro es la presencia de todos los colores. Todo es posible con el negro porque el negro canta en varios idiomas e interpreta toda la música. El negro es neutro, viejo, potente, es el fondo, es la muerte y es la luz que sólo puede venir después de la muerte. El negro está tan lleno que es un vacío.

Blanco y negro no son realmente colores. El blanco es el reflejo de todos los colores y el negro es la absorción de todos los colores.

El rojo está en primer lugar porque es el color más denso o  de más lenta vibración, es muy material y fácil de ver. El rojo es como la sangre, apasionado, enojado, enérgico, violento, crudo, demanda atención, es energía, es el coraje, la vitalidad, el drama, la emoción, el sexo.

El rosa viene cuando añadimos un poco de blanco al rojo. El blanco saca la inocencia del rojo. El rosa es el amor, el afecto, el romance, lo dulce, lo amable, lo encantador.

El naranja está vivo como exuberante fruta madura. Es alegre, emocionante, vibrante, cálido, dramático, extravagante, real, amigable, atractivo, fresco y lleno de sabor.

El amarillo es como el sol, siempre da generosamente luz y amor. El amarillo es felicidad, alegría, brillantez, optimismo, entusiasta, maníaco, soleado, generoso, imperial, rico y leal.

El verde me hace tomar conciencia de la naturaleza, es saludable, orgánico, ácido y fértil, envidioso, celoso, y muy chismoso.

El azul es tranquilo y centrado como un cielo claro. Me hace pensar en la justicia, la verdad, la estabilidad, la paz, la armonía, el equilibrio, la lealtad, la confianza, el intelecto y la ciencia. 

El azul profundo es de realeza y mando, vibrante, místico, estrellado, mientras que el azul pálido es inocente e ingenuo, joven, fresco, húmedo y de ensueño.

El púrpura es a la vez el poder temporal y espiritual. Es la sabiduría, la espiritualidad, real, hermético, transmutador, la iluminación, y los deseos de dominar.

El lavanda es infantil, amoroso, frívolo, místico y le encanta la fantasía y los sueños.

El café es básico, tierra, orgánico, natural, fijo, estable, tenaz, terco, respetuoso y fundamental.

El gris es neutral y sin emoción. No es casualidad que sea el color preferido de grandes corporaciones. El gris es conservador, intelectual, deprimido, morboso, triste, grave. El gris claro es más encantador, coqueto y se mezcla con todo.

Recuerde siempre que cuando se agrega blanco a un color se hace más inocente y puro. Cuando se agrega negro a un color  se vuelve más pesado ​​y grave.

Debemos recordar siempre que sólo encontraremos la magia del color cuando aprendamos a sentir los colores, ya que verlos es sólo la parte superficial, siéntelos.  El color es sólo una de muchas energías en el mundo. Cuando somos capaces de sentir el mundo energético que nos rodea añadimos una nueva dimensión a nuestra experiencia de vida.