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martes, 31 de mayo de 2011

Entre el dolor y el sufrimiento por Pedro Magaña


A menudo confundimos el dolor con sufrimiento.

El dolor es físico y el sufrimiento emocional, aunque a veces transformamos el dolor en sufrimiento, dependiendo la forma que tengamos para enfrentar el dolor. 

Normalmente al ver una aguja hipodérmica empezamos a sufrir, y damos mil excusas con el propósito de que no nos inyecten, pero como tenemos que donar sangre, con todo y sufrimiento seguimos adelante, así que el pre-sentir el dolor nos hace sufrir. Y si la sangre es para alguien muy querido, toda la situación cambia, ahora queremos  donarla lo más pronto posible y ni de la aguja nos acordamos.

Lo que nos lleva a pensar que el dolor se puede minimizar y el sufrimiento ocasionalmente eliminar.

Todo está dependiendo de cuán grande sea el propósito, el cual está íntimamente ligado con el amor, porque sin propósito o sin razón cualesquier sacrificio es muy doloroso, y a mayor dolor mayor sufrimiento, así que es mejor buscar una buena razón cuando vayamos a hacer algún sacrificio.

Ya lo decía Buda: la principal razón del sufrimiento HUMANO es la ignorancia.

A mayor ignorancia mayor el sufrimiento. Es importante no confundirnos, porque de alguna manera todos somos ignorantes. Todos podemos analizar estudiar aprender para ir descubriendo cómo funciona la vida y que sea menos lo que ignoramos. La muerte por ejemplo, aun sabiendo que siempre ha existido y existirá nos hace sufrir cada vez que se nos presenta, ya que no hemos podido entender el ciclo de vida-muerte que imperiosamente marca nuestra evolución, sabemos que todo es cíclico y que   en algunos casos como el anterior, intencionalmente nos rehusamos a entender.

Sufrimos por un hijo que deja nuestro hogar para formar su propio núcleo, cuando no solo es natural, sino estrictamente necesario.

 Si nos esforzamos un poco en razonar cada una de las situaciones que nos provocan dolor o sufrimiento, claro que aún sufriremos, con la diferencia que tendríamos el control y de esta manera los lapsos de sufrimiento serán más cortos y menos dolorosos.

Hay eventos que siempre estarán presentes en la vida. Nos guste o no, saldrá cada día el sol y aunque nos queme la piel, como dice el jefe Oscar Moreno, no podemos evitar que salga, pero sí podemos buscar una sombra o por lo menos interponer nuestras manos para disminuir el sufrimiento que nos pueda causar.

Un ejemplo más cotidiano es el hecho de contraer una deuda monetaria, desde ese momento deberíamos estar conscientes que la compensación es saldar la deuda, pero como nos encanta sentirnos mártires, nos quejamos con medio mundo por la forma que nos están haciendo sufrir los cobradores.

Es importante saber encontrar el opuesto que alivia y consuela, así podemos viajar del odio al amor, del dolor a la felicidad, del sufrimiento a la armonía. La vida es parte de la muerte, la mujer es tan importante como el hombre, el día trae la noche y la tormenta precede a la calma, etc. Pero sobre todo debemos hacer el viaje que nos ha de llevar de la obscura ignorancia a la luz que da la sabiduría.

Atención: si nos dejamos llevar por el dolor podríamos terminar histéricos o si el sufrimiento se apodera de nosotros podríamos llegar a morir.