Traducción del inglés al español
¿Qué hacemos cuando una relación se
está desmoronando?
El amor y el odio son los extremos
opuestos de la misma emoción. Esto significa que podemos experimentar no sólo
los dos extremos, sino también todos los grados intermedios.
Cuando nos estamos enamorando, nos
predisponemos a ver únicamente lo bueno en nuestra pareja. El amor no es un
ejercicio intelectual y en las primeras etapas del amor no usamos el
pensamiento crítico, sólo nos dejamos llevar por el sentimiento.
Igualmente
cierto es que cuando estamos enojados o
desenamorados nos predisponemos a encontrar sólo lo malo del otro.
La verdad, por supuesto, está en algún lugar intermedio. Una vez que hemos
amado, todos los elementos que crearon ese Amor siempre van a existir, a pesar de que podamos tener problemas para
encontrarlos en los tiempos difíciles.
¿Cómo reconstruir una relación que está
en conflicto o lucha? Incluso una buena colaboración puede resultar
problemática. El amor no siempre se puede reparar. La gente cambia, las
circunstancias evolucionan y la vida pasa. Como Ritianne Muscat escribió:
"Darle a alguien todo tu amor no te asegura que tenga que corresponderte
igual."
La buena noticia es que podemos
construir algo nuevo de lo viejo. Todo está en movimiento y cada cosa cambia; de tal manera que si podemos vibrar de bueno a malo, también podemos cambiar la
situación de mala a buena. Si somos capaces de permitir el crecimiento y la evolución,
nuestra relación se puede ampliar, transformar y volverse más fuerte, especialmente
si el componente espiritual sigue siendo viable. El amor espiritual es distinto
del amor físico y emocional, los cuales son flexibles y varían con el tiempo. El amor
espiritual no está sujeto a condiciones o cambios, sólo es.
Una mujer joven me confesó que echaba de
menos su antigua relación. "Él era muy divertido. Muy libre". Le recordé que cuando ellos se conocieron eran
estudiantes universitarios, ahora su marido tiene que trabajar para pagar la
hipoteca, cuidar de ella y de los tres hijos. Las circunstancias cambian y en las
relaciones se reflejan esos cambios. Lo diferente no es necesariamente malo, es
simplemente diferente. No podemos esperar recuperar totalmente lo que había al
principio de nuestro amor, pero sí construir una nueva relación sobre bases
antiguas que se desarrolle, madure y que satisfaga nuestras necesidades de hoy.
¿Qué sucede cuando hay un problema? Tal
vez, nuestra pareja no se da cuenta de que hay un problema. Tal vez ni siquiera
podemos expresar lo que nos está molestando. Tenemos que averiguarlo. ¿Cómo
podemos corregir lo que no podemos nombrar? Una vez que sabemos lo que nos
molesta, tenemos que decírselo a nuestra pareja, sin olvidar admitir nuestra
parte en el problema. Sí, nunca es culpa de una sola persona. Y debemos
recordar que no se trata de culpar a alguien, sino de encontrar soluciones. Tal
vez él o ella ve el problema de una manera diferente.
Recuerdo una pareja que
me pidió que mediara en un momento difícil en su matrimonio. Él me dijo que el
problema era el sexo, tres días a la semana no era suficiente. Ella me dijo que
el problema era el sexo, tres días a la semana era demasiado. Ellos veían la
misma situación desde una perspectiva diferente y cada uno tenía diferentes
expectativas. Obviamente, había que negociar.
Es muy difícil negociar una solución,
si hemos perdido el sentimiento amoroso hacia nuestra pareja. Así que, ¿Por
dónde empezamos? Empezamos por el principio. Tenemos que volver atrás y
encontrar la "gravedad" original de nuestra relación y volver a
conectar con lo que nos atrajo de nuestra pareja en primer lugar. Recuerda que
el Amor es Gravedad: el poder de la atracción. En la física, la gravedad se define
como la fuerza que atrae un cuerpo hacia
otro que tiene masa física. El amor es el poder que nos llama a unirnos o relacionarnos
con alguien. Experimentamos esta atracción todo el tiempo en diversos grados y
en muchos niveles: la pasión, el afecto, el deseo, el cariño y el acuerdo.
Ciertamente, el amor adquiere la apariencia de muchas formas. Entonces, ¿Qué
nos provocó? ¿Qué nos pareció atractivo de nuestra pareja en un principio? ¿Por
qué fue lo suficientemente atractivo como para que deseáramos atraerla a
nuestra vida? Tenemos que volver atrás para ver cuáles eran y son las
cualidades que amamos de nuestra pareja y que nos unieron. Y también qué causó que
nuestra pareja nos amara. ¿Cómo podemos
traer esos rasgos de vuelta a este escenario actual?.
En segundo lugar, hay que comprometerse
el uno con el otro y con la relación. Necesitamos recordar que elegimos estar
juntos. Debemos querer hacer que funcione. Cualquiera que sea la razón, cerramos o atenuamos nuestra atracción hacia
la otra persona y viceversa. Nuestra tarea consiste en abrir de nuevo lo que ya
está cerrado. Para tener éxito, debemos explorar porqué sucedió eso. ¿Sabemos
por qué? ¿Podemos hablar de ello? ¿Podemos trabajar juntos para encontrar
soluciones?
En tercer lugar, tenemos que enfocar la
energía en un plan de acción acordado. No se trata sólo de salir a cenar un
sábado por la noche. Diariamente ambos tenemos que darle a la relación tiempo y
atención. Cuando desatendemos las fuerzas que nos unen, comienzan a disolverse.
Una vez que comienzan a declinar, tenemos que hacer un esfuerzo extra para reparar
los daños. Esto significa cuidarse mutuamente y también a lo que es importante
para ambos.
Una vez que identificamos el problema, debemos
tratarlo en el nivel adecuado. Un
problema físico requiere de una solución física, un problema emocional requiere
una solución emocional y un problema espiritual requiere una solución
espiritual. Por ejemplo, si necesitamos que nuestra pareja nos dé más tiempo de
calidad, el regalo de un brazalete de diamantes no ayudará. Lo que realmente necesitamos es un
viaje de fin de semana íntimo que inspire el diálogo y la cercanía. Una crisis
que afecta a todos los niveles de la relación, como la infidelidad, requiere de
un ataque a todos los niveles. Ese tipo de situaciones sacude una amplia gama de
emociones que cimbra la relación desde sus cimientos y tenemos que trabajar duro
para reconstruir la atracción física, la confianza emocional, el afecto y
reforzar nuestra unión espiritual.
No pretendo sugerir que todo problema
puede resolverse. Sin embargo, si trabajamos con lo mejor de nosotros y lo
mejor de nuestra pareja , podemos atraer soluciones para el cambio. Luego, cada
día será mejor y, con el tiempo, una nueva relación surgirá.
Para
practicar:
- Busca maneras de renovar tu relación y pon en práctica algunas de las sugerencias.
- Utiliza la meditación y la oración para identificar las fortalezas fundamentales de tu pareja.
- Entiende por qué tu pareja se enamoró de tí. ¿Cómo has cambiado?
- Escribe una carta de amor, un cuento o un poema para ilustrar lo que tu pareja significa para tí.