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martes, 15 de noviembre de 2011

Vivir bien 1: AMIGOS Y FAMILIARES, por Elena Moreno


Traducción del inglés al español
 
"La felicidad sólo es real cuando se comparte"
-Christopher McCandless
 
Nunca subestimes el valor de la familia y los amigos. En los buenos y malos momentos, todos necesitamos amor y apoyo para calmar nuestros temores y sentirnos protegidos. El todo es más fuerte que las partes. La intimidad, el compañerismo y el sentimiento de ser parte de una relación de amor son algunos de los indicadores más significativos de la felicidad y la apreciación de la vida. Sentimos una gran comodidad y tranquilidad al saber que no estamos solos.

Cuando tuve una enfermedad repentina y estuve incapacitada por meses las posesiones, como mi cama confortable, no significaban nada para mí; los amigos y familiares lo eran todo. Poco es más valioso que un amigo cercano al que puedes acudir siempre para cualquier cosa. Y cada uno de nosotros necesita oportunidades para apoyar a los demás de manera significativa. Los seres humanos necesitamos interactuar - ser parte de-. Necesitamos sentirnos útiles.  

Tan individuales como nos esforzamos en ser, todos tenemos una necesidad fundamental de unirnos con los demás ... al Amor. Cuando no somos capaces de hacerlo nos sentimos estresados e inseguros. Es más probable sentirnos vulnerables al estar solos que cuando estamos abrazados por aquellos a quienes amamos. Los estudios demuestran que las personas sociables son más saludables, viven más tiempo y tienen vidas más productivas que la gente que tiene pocos amigos. 

 Curiosamente todos tenemos miedo de ser incomprendidos o rechazados cuando conocemos gente nueva. Libérate de tu temor pensando que la otra persona probablemente también tenga sus propios temores de ser rechazada o incomprendida. Cuando haya oportunidad aprovéchala, extiende  la mano para hacer un nuevo amigo.

Para practicar:
  1. Relaciónate con los miembros de tu familia: coman juntos, comuníquense a través del correo electrónico, por teléfono y frecuenten las visitas; asegúrate de expresar tu preocupación por ellos.
  2. Reúnete con amigos al menos una vez a la semana.
  3. Participa en conversaciones significativas que te conecten con la otra persona; intercambien ideas. Busca temas que tengan una discusión real.
  4. La próxima vez que te encuentres en una reunión y veas a alguien que no conoces, preséntate. Haz que los demás se sientan bienvenidos e incluidos.