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martes, 6 de marzo de 2012

LA HIPNOSIS por el S.H.M. José Manuel Estrada



La palabra hipnosis viene del vocablo griego “hupnos” que significa sueño. La hipnosis es una ciencia muy antigua, los hindúes, los griegos y aún atrás los egipcios la usaban en sus prácticas secretas. Por esto cierta orden de los Rosacruces –que aseguran que sus enseñanzas básicas son egipcias-, se enorgullece en decir que el médico alemán Federico Mesmer, fundador de la teoría del magnetismo animal, llamada "mesmerismo", allá por la segunda mitad del siglo XVII y comienzos del XVIII, era Rosacruz y que por no haber alcanzado los grados elevados no pudo presentar la teoría completa de ahí que todavía está el hipnotismo en calidad de experimentación.

El estudio de la hipnosis se está propagando tanto en Francia, Inglaterra e Italia, como en los Estados Unidos, con fines terapéuticos y con resultados excelentes, muy especialmente en intervenciones quirúrgicas. Se usa como sustituto de la anestesia, con el hecho importante de que el paciente al despertarse no lo quedan las molestias naturales que deja la anestesia local o general. En casos de partos pueden aliviarse los dolores sin dejar inconsciente a la madre y sin afectar al recién nacido. En asmas crónicas, en alergias, dolores de cabeza, etc. Se obtienen resultados muy satisfactorios.

Se puede con la ayuda de la hipnosis quitar complejos, quitar vicios como el terrible alcoholismo, el tabaco, etc. Es de esperar que los médicos especializados y que posean facultades para estudiar el hipnotismo, dediquen parte de su tiempo a este estudio con fines terapéuticos. No significa que estoy haciendo propaganda al hipnotismo, ya que en cierto modo se nos prohíbe en nuestra Orden el hacer prácticas de esta índole; así es que todo lo que he dicho es a manera de documentación y como preámbulo para entrar al estudio de la hipnosis, desde otro ángulo por supuesto.

Existen sociedades hoy, que están documentando a cirujanos odontólogos, etc., pero lo cierto es que todavía no se ha podido explicar qué es lo que hace que el individuo caiga en estado de hipnosis. Y eso que existen hoy en el campo del hipnotismo elementos como el reconocido hipnotizador Munray Bernstein, americano, que ha conseguido que sus hipnotizados relaten sus vidas pasadas –no todas por supuesto- y el expresidente de la Asociación Norteamericana de Hipnotismo Clínico y Experimental, profesor Carolamo Spnet y otros como el profesor Wolberg, director del Centro Psicoterapéutico de Nueva York.

¿Por qué cae el sujeto en estado de trance? En primer lugar nuestro organismo es un conjunto vibrante, es un laboratorio donde se producen diferentes tipos de energía, de acuerdo a las necesidades de la vida, desde la energía que forman los átomos de nuestra materia, hasta la energía de Alta Espiritualidad, la que tiene como vehículo nuestro fluido mental, nuestro fluido mental unido a la Energía Vital es lo que constituye el llamado fluido magnético. Cuanto más energía vital y más fuerza mental posea el operador, más probabilidades tendrá de ser un buen hipnotizador. En cambio una persona débil, enferma, no puede ejercer ningún poder sobre otro que esté sano y fuerte mentalmente. Se dice que influye mucho para caer en el fenómeno del trance, el poseer una cultura en la materia y un entendimiento y la práctica de la concentración de la mente desarrolla el poder mental.

Por otro lado, en nuestro organismo existen células de dos tipos: las de voluntad consciente y las de voluntad inconsciente. La función de estas células viene a ser un factor importante en el fenómeno de la hipnosis, las que unidas a los fenómenos de la polaridad y a los efectos de la Ley de Sintonía, producen el fenómeno del trance en la forma siguiente: El sujeto que se propone a que lo hipnoticen, es porque trata de ponerse en sintonía con la mente del operador, trata de entregarse mentalmente a él para servirle de instrumento, producto del fenómeno de la hipnosis. El sujeto se carga de polaridad negativa, o sea pasiva, y el hipnotizador se carga de polaridad positiva. Las células de voluntad conscientes del sujeto, al éste tratar de entregarse, hacen sintonía con las vibraciones del fluido del operador y pierden su voluntad, se adormecen, quedando sólo en actividad las células de voluntad inconscientes, las que entran en actividad consciente bajo la voluntad del operador. 

Las células inconscientes son las que en el estado de vigilia están al servicio de lo interno, actuando sabiamente, pero inconscientemente. Por tal motivo, son las que usan al hombre externo con el interno; esto es, que lo unen. Ellas están en contacto con la Sabiduría Cósmica o Divina, existentes en el hombre. Por esta razón, al recibir el sujeto el magnetismo del operador, se adormecen las células conscientes y cae en estado de sueño artificial, que es propiamente dicho lo que significa la palabra hipnosis. Desde entonces las células conscientes del sujeto quedan bajo la voluntad del operador y las inconscientes –por establecer un campo que podríamos llamar magnético-, se convierten en agentes de lo interno. Esta es la razón del por qué mediante una sesión de hipnotismo, el magnetizador puede saber más del hipnotizado que él mismo. Se ha llegado a descubrir por medio de este fenómeno hasta vidas pasadas del hipnotizado, cosa absolutamente desconocida por él, y que si el hipnotizador no permite que él las recuerde, quedan para él ignoradas.

En virtud de que al adormecerse las células conscientes del cerebro, las sensaciones nerviosas no las gobierna éste último o no las registra, se puede utilizar la hipnosis como anestesia local o general en la terapéutica.

El hecho de que sea general la creencia de que la cultura y el desarrollo mental de una persona le sea propicio para convertirse en instrumento eficaz de un magnetizador, no significa que no se puedan adquirir efectos favorables en personas que no hayan tenido una cultura y que no hayan ejercitado su mente en prácticas de concentración. Al contrario, el que les habla ha presenciado en sesiones de hipnotismo, el caso de personas que sin saber leer ni escribir en su estado de vigilia, al entrar en trance y hacerle recordar vidas pasadas han hablado perfectamente en alemán. Terminando por hoy este asunto, ya que podría estar muchas horas citando los hechos concretos.


Fuente: Libro Conferencias Científico-Filosóficas por:el Gran Gurú Dr. José Manuel Estrada. Radio Sol.

Sitio donde puedes encontrar más enseñanzas del S.H.M. José Manuel Estrada: http://lavozdelleon.org/