Traducción del inglés al español
Estaba retardado para mi
reunión con el director general de una compañía de tecnología y le estaba
enviando un correo electrónico desde mi iPhone, mientras caminaba hacia el
ascensor del edificio de oficinas de su compañía.
Me mantenía enfocado en la
pantalla mientras subía hasta el sexto piso. Yo seguía escribiendo con mis
pulgares cuando las puertas del ascensor se abrieron y salí sin mirar para
arriba. Entonces oí una voz detrás de mí: "piso equivocado". Volteé a
mirar al hombre quien sostenía la puerta abierta para que yo regresara, era el director
general, con una gran sonrisa en su rostro. Había estado en el ascensor conmigo
todo el tiempo. "Te pillé", dijo. El mundo se mueve rápido y está
tomando más velocidad. Tanta tecnología. Tanta información. Hay tanto que
entender, que pensar, que reaccionar.
Hace poco tiempo una amiga tomó
un nuevo trabajo como jefe de aprendizaje y desarrollo en un banco de mediana inversión.
Cuando llegó a trabajar el primer día encendió su computadora, se conectó con
la contraseña que le habían dado y encontró 385 mensajes que ya la estaban
esperando. De esta manera, tratamos de acelerar para igualar el ritmo de la
acción que nos rodea. Nos quedamos hasta las 3 am tratando de responder a todos
nuestros correos electrónicos. Twitteamos, entramos al facebook y nos enlazamos.
Exploramos sitios web de noticias para asegurarnos que nos mantenemos al día
sobre las últimas actualizaciones. Y salivamos cada vez que escuchamos el
pitido o la vibración de un nuevo mensaje de texto.
Pero eso es un error. La velocidad con que la información se precipita hacia nosotros es inevitable (y cada vez es peor). Pero tratar de atraparla toda es contraproducente. Cuanto más rápido vienen las olas, más deliberadamente necesitamos navegar. De lo contrario nos esparciremos por doquier como partículas de arena, diseminadas en el olvido. Nunca antes ha sido tan importante mantener los pies en la tierra y saber lo que es importante. Nunca antes ha sido tan importante decir "No". No, no voy a leer ese artículo. No, no voy a leer ese email. No, no voy a tomar esa llamada telefónica. No, no voy a asistir a esa reunión.
Es difícil hacerlo porque tal vez, sólo tal vez, la siguiente pieza de la información será la clave de nuestro éxito. Pero nuestro éxito en realidad depende de lo contrario: de nuestra voluntad para arriesgarnos a perder algo de información. Porque tratar de concentrarse en todo eso es un riesgo en sí mismo. Nos agotaremos y estaremos confusos, nerviosos e irritables. Y no nos daremos cuenta que el director general está de pie junto a nosotros en el ascensor.
El Virginia Tech
Transportation Institute realizó un estudio sobre los accidentes de tráfico,
poniendo cámaras en los coches para ver lo que sucede justo antes de un
accidente. Observaron que en el 80% de los accidentes el conductor se distrajo
durante los tres segundos previos al accidente. En otras palabras, desviaron su
atención: marcando el celular, cambiando la estación del radio, dando un
mordisco al bocadillo, tal vez revisando un texto - y no se dieron cuenta que
algo cambió en su alrededor. Después se estrellaron. El mundo cambia rápidamente, y
si no nos mantenemos enfocados en la carretera resistiendo a las distracciones
que, aunque tentadoras, nos desconcentran, aumentamos las probabilidades de un
accidente.
Ahora es un buen momento para hacer una pausa, priorizar y enfocar. Haz dos listas:
Lista 1: Lista de enfoque (el camino)
¿Qué estás tratando de lograr? ¿Qué te hace
feliz? ¿Qué es importante para tí? Planea tu tiempo alrededor de esas cosas.
Porque el tiempo es uno de tus recursos limitados y no importa cuánto te
esfuerces no puedes trabajar 25/8.
Lista 2: Tu lista para ignorar (las distracciones)
Para tener éxito en el uso adecuado de tu tiempo, tienes que preguntarte también qué es lo importante y evitar a menudo las cuestiones complementarias: ¿Qué es lo que no quieres lograr? ¿Qué no te hace feliz? ¿Qué no es importante para tí? ¿Qué se interpone en el camino?
Algunas personas ya tienen la primera lista. Muy pocos tienen la segunda. Sin embargo, dada la facilidad con la que nos descuidamos y las distracciones que tenemos hoy en día, la segunda es más importante que nunca. Los líderes que continuarán prosperando en el futuro, conocen las respuestas a estas preguntas y cada vez que algo demanda su atención se preguntan si seguirán adelante o lo ignorarán. Lo que significa que no debes crear estas listas y luego guardarlas en un cajón. Estas dos listas son tu mapa de cada día. Revísalas todas las mañanas, junto con tu agenda, y pregúntate: ¿cuál es el plan para hoy? ¿Dónde voy a gastar mi tiempo? ¿En qué me enfocaré? ¿Cómo podría distraerme? Así encontrarás el coraje para seguir adelante, tomar decisiones y tal vez decepcionar a algunas personas.
Lista 2: Tu lista para ignorar (las distracciones)
Para tener éxito en el uso adecuado de tu tiempo, tienes que preguntarte también qué es lo importante y evitar a menudo las cuestiones complementarias: ¿Qué es lo que no quieres lograr? ¿Qué no te hace feliz? ¿Qué no es importante para tí? ¿Qué se interpone en el camino?
Algunas personas ya tienen la primera lista. Muy pocos tienen la segunda. Sin embargo, dada la facilidad con la que nos descuidamos y las distracciones que tenemos hoy en día, la segunda es más importante que nunca. Los líderes que continuarán prosperando en el futuro, conocen las respuestas a estas preguntas y cada vez que algo demanda su atención se preguntan si seguirán adelante o lo ignorarán. Lo que significa que no debes crear estas listas y luego guardarlas en un cajón. Estas dos listas son tu mapa de cada día. Revísalas todas las mañanas, junto con tu agenda, y pregúntate: ¿cuál es el plan para hoy? ¿Dónde voy a gastar mi tiempo? ¿En qué me enfocaré? ¿Cómo podría distraerme? Así encontrarás el coraje para seguir adelante, tomar decisiones y tal vez decepcionar a algunas personas.
Después de que el director me pilló en el ascensor, me habló de la reunión que acababa de tener. Fue una reunión de todos los finalistas, de los cuales él era uno, que competían por el título del Empresario del Año. Esta fue una reunión importante para él - como lo era para todos los que aspiraban al título (todos los jueces asistieron) - y antes de entrar él había tomado dos decisiones explícitas: 1. Centrarse en la propia reunión y 2. No checar su Blackberry.
Lo que más le sorprendió fue
que él era el único que no estaba pegado
a un dispositivo móvil. ¿Acaso los otros directores generales no estaban
interesados en el título? ¿Eran sus
empresas tan dependientes de ellos que no podían estar ausentes durante una
hora? ¿Comunicaba eso algo bueno a los jueces? Sólo había una cosa que era más
importante en ese momento y era que sólo un director, cuya conducta reflejó esa
importancia, supo en qué enfocarse y qué ignorar. Sea o no que gane el título, por
ahora ha ganado la partida.
Peter Bregman is a strategic advisor to CEOs and their leadership teams. His latest book is 18 Minutes: Find Your Focus, Master Distraction, and Get the Right Things Done. To receive an email when he posts, click here.
Photo credits:
TALKING ON MOBILE PHONE
© Stiven | Dreamstime.com
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