Traducción del inglés al español
"La no violencia es un arma de los fuertes".
~ Mahatma Gandhi
La no violencia es un reto importante. Esto significa que estamos de acuerdo en
convertirnos en un ser inofensivo, renunciando a la violencia física y
psicológica. Además, una persona no violenta no sólo vive en relación de
respeto con los demás, sino también con los animales, las plantas y todos los
demás elementos de nuestro planeta.
Nunca debemos descargar nuestra ira golpeando o lastimando a otro, ni utilizar otras formas sutiles de violencia. Las herramientas de la rabia son numerosas: una lengua filosa, el sarcasmo, el humor hiriente, los comentarios racistas, todos ellos tienen la capacidad de causar un gran daño. Incluso cuando no hay contacto físico, un gesto vulgar, la postura, o señalar a alguien, puede herir tan profundamente como un arma punzante.
Nunca debemos descargar nuestra ira golpeando o lastimando a otro, ni utilizar otras formas sutiles de violencia. Las herramientas de la rabia son numerosas: una lengua filosa, el sarcasmo, el humor hiriente, los comentarios racistas, todos ellos tienen la capacidad de causar un gran daño. Incluso cuando no hay contacto físico, un gesto vulgar, la postura, o señalar a alguien, puede herir tan profundamente como un arma punzante.
Ser verdaderamente conscientes de lo
que decimos y hacemos es vital para vivir una vida sin violencia. Necesitamos
estar siempre vigilantes de que nuestras acciones, nuestras palabras e incluso
nuestros pensamientos no perjudiquen a otros. El Dr. Martin Luther King Jr.
dijo: "La no violencia implica evitar no sólo la violencia física externa,
sino también la violencia interna espiritual. No sólo te niegues a dispararle a
un hombre, también niégate a odiarlo."
Si la ira se está apoderando de ti, necesitas un "tiempo fuera". Aléjate de la situación. Toma el control de tus emociones. Haz algo para calmarte: toma una ducha fría, escucha música o practica una actividad física fuerte. Una vez que estés tranquila haz del incidente una experiencia de aprendizaje, reflexionando sobre lo que pasó. Comprende tu parte en la causa del problema y piensa en mejores maneras de comportarte en el futuro.
Si la ira se está apoderando de ti, necesitas un "tiempo fuera". Aléjate de la situación. Toma el control de tus emociones. Haz algo para calmarte: toma una ducha fría, escucha música o practica una actividad física fuerte. Una vez que estés tranquila haz del incidente una experiencia de aprendizaje, reflexionando sobre lo que pasó. Comprende tu parte en la causa del problema y piensa en mejores maneras de comportarte en el futuro.
La lucha se presenta en envases grandes y pequeños, y siempre debe
evitarse. La lucha es devastadora para ambas partes y sólo debe practicarse
como una última opción. Una persona sabia elige una pelea con cuidado, ya que
él/ella sabe que los daños de la lucha son profundos y a veces no se pueden
reparar. Debemos recordar esto la próxima vez que nos veamos tentados a entablar
un divorcio, a pelear por un lugar en el estacionamiento o por los límites del terreno del patio
trasero. En El Arte de la Guerra,
Sun-Tzu aconseja que si tienes que recurrir a la guerra, ésta debe ser corta y
rápida para evitar la pérdida de vidas y la ruina económica. Debemos
preguntarnos ¿Realmente necesito esta pelea? ¿Cuál es la ganancia? ¿Cuáles son
los costos físicos y emocionales?
La solución ideal para cualquier conflicto es un sabio compromiso nacido de un pensamiento claro. Haz un esfuerzo real para ver el otro punto de vista. Si tienes que luchar, usa la negociación, es una alternativa rápida y relativamente barata en un pleito. Lo mejor es una solución de ganar/ganar para ambos adversarios, porque evita el peligro futuro de que las brasas salten fuera de las cenizas y enciendan de nuevo el problema. Y por supuesto, puedes optar por dejarlo ir y no luchar.
Permíteme ser clara, la no violencia no significa que no te defiendas cuando estés en peligro o si tu seguridad está en riesgo. Ser inofensiva no quiere decir que te perjudiques a ti misma. No te permitas abusar o vulnerarte a ti misma. De la misma manera, nunca debes abusar o violentar a otros. Sobre todo, salte de esa situación violenta.
Ahora me acuerdo de una gran historia: Había un dragón que escupía fuego y aterrorizó a un pueblo. Un día, un gran sabio llegó a visitar el pueblo. La gente estaba estresada y traumatizada debido a que muchos habían sido heridos por el dragón. El sabio fue a ver al dragón y lo convenció de seguir el camino de la no violencia. Una vez que la gente del pueblo se dio cuenta de que el dragón estaba practicando la no-violencia ya no le temieron. Los niños empezaron a provocarlo, a burlarse y a tirarle piedras al pobre dragón. Unos meses más tarde, cuando el sabio volvió al pueblo se encontró con el dragón flaco y maltratado. Él le preguntó: ¿Qué pasó? El Dragón le dijo que ahora que ya no era violento no podía defenderse. El sabio sonrió y dijo: “Para vivir una vida sin violencia no significa que uno no pueda de vez en cuando gruñir o escupir fuego".
Siempre hay muchas opciones en el camino entre el "no hacer nada" y "matar". Por desgracia, a menudo sólo vemos los dos extremos, pero lo que hace la vida interesante es cuando elegimos realizar un cambio y explorar una manera diferente o desconocida de responder. Es la aventura de adentrarse en lo desconocido la que nos da profundidad y color, y hace nuestra vida interesante. Cambia. Crece. Evoluciona. Ese es el objetivo.
Para practicar:
La solución ideal para cualquier conflicto es un sabio compromiso nacido de un pensamiento claro. Haz un esfuerzo real para ver el otro punto de vista. Si tienes que luchar, usa la negociación, es una alternativa rápida y relativamente barata en un pleito. Lo mejor es una solución de ganar/ganar para ambos adversarios, porque evita el peligro futuro de que las brasas salten fuera de las cenizas y enciendan de nuevo el problema. Y por supuesto, puedes optar por dejarlo ir y no luchar.
Permíteme ser clara, la no violencia no significa que no te defiendas cuando estés en peligro o si tu seguridad está en riesgo. Ser inofensiva no quiere decir que te perjudiques a ti misma. No te permitas abusar o vulnerarte a ti misma. De la misma manera, nunca debes abusar o violentar a otros. Sobre todo, salte de esa situación violenta.
Ahora me acuerdo de una gran historia: Había un dragón que escupía fuego y aterrorizó a un pueblo. Un día, un gran sabio llegó a visitar el pueblo. La gente estaba estresada y traumatizada debido a que muchos habían sido heridos por el dragón. El sabio fue a ver al dragón y lo convenció de seguir el camino de la no violencia. Una vez que la gente del pueblo se dio cuenta de que el dragón estaba practicando la no-violencia ya no le temieron. Los niños empezaron a provocarlo, a burlarse y a tirarle piedras al pobre dragón. Unos meses más tarde, cuando el sabio volvió al pueblo se encontró con el dragón flaco y maltratado. Él le preguntó: ¿Qué pasó? El Dragón le dijo que ahora que ya no era violento no podía defenderse. El sabio sonrió y dijo: “Para vivir una vida sin violencia no significa que uno no pueda de vez en cuando gruñir o escupir fuego".
Siempre hay muchas opciones en el camino entre el "no hacer nada" y "matar". Por desgracia, a menudo sólo vemos los dos extremos, pero lo que hace la vida interesante es cuando elegimos realizar un cambio y explorar una manera diferente o desconocida de responder. Es la aventura de adentrarse en lo desconocido la que nos da profundidad y color, y hace nuestra vida interesante. Cambia. Crece. Evoluciona. Ese es el objetivo.
Para practicar:
- Medita sobre lo que significa ser una persona inofensiva ¿Qué es lo que necesitas hacer para convertirse en inofensiva?
- La próxima vez que te sientas enojada o frustrada tranquilízate y reflexiona con claridad. Pregúntate qué puedes hacer para cambiar tu estado de ánimo. Pregúntate cómo tus acciones contribuyeron a crear el problema que enfrentas.
- Prueba un nuevo enfoque para resolver la controversia. Busquen soluciones mutuas.
- Si pierdes tu temperamento, una vez que te hayas calmado reflexiona sobre cómo te sientes interiormente. Piensa de qué otras maneras podrías haber manejado el dilema.
- Pregúntate por qué tu ego necesita salir victorioso.
