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miércoles, 17 de octubre de 2012

Creando voluntad moral, por la Dra. Elena Moreno



En esta época política es fascinante ver a los políticos hablar acerca de sus "valores". A menudo me pregunto si el santurrón tiene la fuerza de voluntad para vivir la moralidad que tan fuertemente promueve para los otros. Desafortunadamente es frecuente ver líderes deshonrados por aventuras extramaritales o el político que seduce a los mismos niños que se supone debe proteger. Lo que de plano no entiendo es el político gay que activamente legisla en contra de su propia homosexualidad. Y, por supuesto, no hay palabras para describir el menosprecio que siento por los hombres que se atreven a legislar para controlar los cuerpos de las mujeres.

Sin embargo, me pregunto si nosotros somos distintos de esas figuras públicas. Es evidente que a pesar de que promovemos un cierto modo de vida, a menudo nos damos cuenta que en realidad no podemos vivir lo que defendemos. Nuestro código moral es una extensión de nuestra percepción de lo que es la verdad. A menudo hablamos mucho acerca de quiénes somos, pero en realidad no podemos conocer a una persona hasta que vemos lo que hace y cómo se expresa - sus acciones se convierten en su verdad sin importar lo que nos digan acerca de sí mismos.

La pregunta que todos debemos hacernos es "¿Tengo la voluntad moral para vivir mis creencias?" Nuestro desafío como seres morales es ejercer nuestras verdades personales en cada una de nuestras acciones para tomar las decisiones que respalden nuestras creencias. Lo interesante es que no sabremos realmente nuestra capacidad moral hasta que nos enfrentemos con una situación que nos obligue a hacer una difícil elección. Es en esos momentos de fatalidad que nos definimos a sí mismos.

Todos conocemos los límites extremos de lo que consideramos como un comportamiento adecuado y un comportamiento inapropiado, estos se convierten en la guía para la forma en que vivimos nuestras vidas y le damos dirección a nuestras acciones. Sin embargo, todo esto carece de sentido si no tenemos la voluntad de seguir adelante cuando nos enfrentamos a nuestro destino. La tragedia del candidato presidencial John Edwards viene a la mente. El país vio con fascinación como él luchaba por recuperar su alta moral para siempre perdida, y con cada paso, con cada mentira, él se hundía más en la inconsciencia. Como Bertrand Russell dijo: "Tenemos, de hecho, dos tipos de moralidad que coexisten; una que predicamos pero no practicamos y otra que practicamos pero rara vez predicamos."

En muchos sentidos, podemos decir que nuestro sentido de la moralidad define nuestros límites - la línea que nos marcamos y no vamos a cruzar. Los límites evidentes como no robar o no hacer daño a otros son fáciles de seguir. La mayoría de nosotros no va a ir a una tienda para robar mercancía de forma deliberada, pero tal vez consigamos un software pirateado con un amigo en lugar de comprarlo y pagar el precio total. Estoy segura de que nunca harías daño a alguien abiertamente como digamos romper su mano o darle de puñetazos en el estómago, aunque si podrías hacer comentarios que le causen un gran daño emocional. Estos son los tipos de inconsistencias morales que necesitamos observar y corregir.

Así que el dilema es ¿cómo podemos mantenernos congruentes? ¿Cómo podemos permanecer dentro del círculo de nuestra propia integridad? ¿Qué sucede cuando no lo hacemos?

Para mí es de gran ayuda meditar sobre mi comportamiento. Son los pequeños detalles de nuestra vida los que muestran nuestro carácter e integridad. ¿Cómo actué bajo presión? ¿He seguido adelante con lo que dije que haría? ¿Engañé o distorsioné la verdad? ¿Fui injusta? Trato de observar dónde he "cruzado la línea" y anotar las cosas en las que necesito trabajar.

Aquí está una de mis listas recientes:
Rompí mi promesa de llevar a los niños al parque.
No necesito decir todo lo que pienso.
Hoy hice compras estúpidas e innecesarias.
Cuando estoy enojada no decir nada hasta que esté tranquila.
Ser más decisiva.
Hacer un mejor uso del tiempo.
Evitar las discusiones políticas.
Dejar de hablar de los demás.
Tomo malas decisiones cuando me estreso.

Y también hago mi lista de ¨buen trabajo¨ - una lista de las cosas que hice y que me hicieron sentir bien conmigo misma.
           No forme parte de comentarios chismosos.
           Terminé de limpiar el cuarto del almacén
           Fui paciente con Mamá.
           Fui al gimnasio cinco días consecutivos.
           Llegué a tiempo para mis citas esta semana.
           No comí nada de azúcar.
           Pagué la tarjeta de crédito
           Me deshice de la ropa que no usé en un año.

¿Y tú, qué pondrás en tu lista?

Copyright 2012 Elena Moreno
All Rights Reserved 

Traducción del inglés al español por Destellos del Saber

Photo credits
MAN WITH TOP HAT
©
Vlawton | Dreamstime.com