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martes, 29 de marzo de 2011

El Cuerpo físico, Parte 2: Yo y el hombre araña por Elena Moreno.

Traducción del inglés al español

A mi nieto sólo le gusta la indumentaria del Hombre Araña: camisetas, pantalones cortos, botas de lluvia, medias, e incluso pijamas. Y casi tuvo una crisis cuando  vino a quedarse por tres días y extravió una de las botas "Santi" le explique, "Sólo ponte tus tenis", "Abuela" me dijo con lágrimas en su rostro, "Tengo que tener mis botas del hombre araña" el problema finalmente se resolvió cuando recordó haberla olvidado en el porche. 


Luego entendí rápidamente porque fue tan enfático, cuando lo lleve a su preescolar Montessori, al ver la admiración respetuosa con la que fue recibido, con sus nuevas botas del hombre araña fue la gran sensación, no importaba que el sol brillara y no hubiera alguna nube de lluvia a la vista.


Estuve  en una fiesta la noche anterior y me di cuenta que el hombre araña, no es sólo la pasión de mi nieto.  No conozco mucha gente en la fiesta y tampoco me conocen.  Estando en un mar de gente, me llamó la atención la manera en que proyectamos lo que somos.  


El primer mensaje me llegó al ver la forma en que cada persona fue llegando a la fiesta, algunos caminando, otros en bicicleta, y claro había muchos carros, Lexus, VW, suburban, vehículos todo terreno, Jeeps, de todos colores y recién lavados. Mucha información se telegrafía con estos detalles sutiles.
El siguiente mensaje está en como vestimos:  la ropa, los accesorios, el cabello, son gestos que trasmiten ideas muy fuertes. Conservador, sexy,  surfo, beisbolista de ligas menores y un vaquero.


Y  la conversación…. ¿Qué haces?  ¿Dónde estudiaste? o ¿Sabías que?, y esto y lo otro, en mi viaje a Bali… etc.etc.
Me di cuenta que muchos de los invitados estaban tratando de construir una imagen de quienes eran o como querían que las demás personas los vieran, usando lo que llevaban puesto  y lo que decían acerca de ellos mismos.


Estos son detalles físicos, que yo llamo nuestros agregados; esto es lo que un hombre me hizo saber a través de referencias cuidadosamente preparadas en una plática que duro quince minutos. Es un ingeniero que se graduó en la universidad de Berkeley California, vive en los Altos, California, trabaja en Lockheed Martin, maneja un Lexus, está pasando por un penoso divorcio de su segundo matrimonio, tiene tres hijas, es miembro de The Rolling Hills Contry Club, juega tenis y golf, trabaja tres días a la semana, no asiste con regularidad a la iglesia pero se considera cristiano, y no le gusta el presidente aunque votó por él,  usó todos estos bloques de información  para construir su propia imagen. 


De una manera u otra todos hacemos lo mismo, a través de la moda y las etiquetas que nos colgamos tratamos de contar nuestra historia,  una historia que nos beneficia, tal vez es la confirmación de lo que pensamos.


Recuerdas la película de "Cowboy de ciudad”  y  el papel que protagoniza John travolta, la manera de vestir, de hablar, incluso la forma de caminar, no deja duda  del vaquero que quería ser. Pero déjame preguntarte, ¿Qué pasaría si nos deshacemos de todos estos detalles? Piensa en ello.


Primero quédate sin familia, sin pareja e hijos, solo mírate a ti mismo, no como esposa  o esposo de alguien, hija, madre, padre o nieto, quédate sin ropa, joyas y ese particular sentido del estilo, ahora sin tu profesión, sepárate de tu trabajo y lo que haces para ganarte la vida, borra tu abolengo, enseguida, cámbiate lejos de donde vives, cambia la decoración de tu hogar y la forma en que lo diriges, quita toda la parafernalia tecnológica, la computadora, el ipod, el celular y el sistema de sonido, divórciate de todos los clubs, iglesias, asociaciones y organizaciones, deshazte de títulos y honores. Remueve todas las características externas de identificación;  sexo, raza, religión, edad, color de cabello y la figura corporal.


Finalmente debes quitarte las botas del hombre araña…el momento de la verdad, simplemente déjalo ir, todo estará realmente bien, ¿Ahora, quién eres?, ¿Estás aún ahí? 


Sí, por supuesto que estas. Lo que se ha perdido, es la imagen que tu te habías creado, tu YO personal, pero estás aquí.