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martes, 12 de abril de 2011

¿Estás satisfecha con tu vida? Por Ma. Elena García

Cambiar de trabajo no es fácil y los últimos días he pensado mucho la conveniencia de renunciar al que tengo para irme a otro que, aunque más desgastante en todos sentidos, me permite tener más tiempo libre para realizar otras actividades. Hoy por la mañana, mientras el agua de la regadera se afanaba en eliminar el shampoo de mi pelo, reflexioné que lo más importante en la vida es estar haciendo el trabajo que te hace sentir bien, lo que te hace feliz, lo que te hace sentir útil a tu familia, a la sociedad, al planeta.

Visualicé a la sociedad como un solo ser, con un cuerpo semejante al nuestro y a cada uno de los ciudadanos como células que formamos parte de un órgano en particular, es decir, algunos seríamos las células que forman el cerebro, otros serían parte del corazón y así sucesivamente para los demás órganos; que a la vez formarían parte de un sistema, como el respiratorio, óseo o digestivo; cada uno haciendo su trabajo para el que fueron creados, de tal manera que el cuerpo funcione en óptimas condiciones.

Me cuestioné ¿Qué pasaría si una célula del estómago la implantamos en el complejo conjunto de ramificaciones que procesan la información en el cerebro?. Tal vez  la célula se esmere en hacer bien su trabajo, pero nunca lo haría con la misma eficiencia que una célula creada para tal fín. Y si esa célula se encuentra en el nervio  que envía la señal a mi mano para que se aleje del fuego que la está quemando, esa señal se vería retrasada y mi mano sufriría las dolorosas consecuencias. Entonces, ella no se sentiría satisfecha con su trabajo y el cerebro se vería entorpecido y tal vez avergonzado o deprimido.  Por la misma razón una célula de mi dedo pulgar no puede estar en el corazón, ni una de mi ojo en el pulmón o en cualquier otra parte del cuerpo.
Y así somos cada uno de nosotros, tenemos una función muy personal y única que cumplir en esta sociedad, en esta vida; puedes llamarle destino, misión o de otra manera, lo que importa es que esa misión es individual e indispensable para que continué la evolución de la especie humana, nadie más puede realizarla por ti, eres un ser único en el universo y el trabajo que hagas mal,  bien o excelente, nos estará afectando a todos, ya sea obstaculizando o contribuyendo a la evolución.
Por eso, si estás contenta con tu función como madre, hija, nuera, esposa, amiga, profesionista, etc., te felicito!; seguramente eres una persona muy positiva y los “problemas” de la vida no los ves como obstáculos sino más bien como oportunidades para aprender, para madurar y crecer en experiencia y sabiduría. Pero si no estás satisfecha con lo que estás viviendo en tu familia, en tu trabajo o en tu entorno, tómate un tiempo para reflexionar, para escuchar lo que tu corazón te dice; piensa cuales situaciones son más prioritarias de atender y usa tu coraje y voluntad para hacer los cambios necesarios.

Deja  ese trabajo que no te satisface y busca otro donde estés agusto; si te angustia lo que la gente piensa de ti, deja de torturarte, ¿La gente hace o actúa como tú quieres que lo haga? No, ¿verdad? ¿Entonces porqué vas a ser como ellos quieren?

La vida es hermosa, ¡Vívela!