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martes, 12 de abril de 2011

Cruzando nuestra línea moral Por Elena Moreno

Traducción del inglés al español

Es tan fácil de profesar creencias, pero difícil de vivir de acuerdo con las normas que nos pueden exigir. A menudo se centran en las grandes cuestiones morales de la época, la pena capital, el derecho a la vida, la tortura o la guerra, sin embargo, estos problemas los debatimos día a día, grandes y pequeños, que define nuestra moral. ¿Me lavo los dientes y me baño con frecuencia? ¿Está mi ropa limpia? ¿Mi carro está lleno de latas vacías y envoltorios? ¿Pago mis cuentas a tiempo? ¿Cumplo con mis citas? ¿Aprecio a los demás por darme las gracias o simplemente digo "hola"? ¿Robo material de oficina en mi trabajo? ¿Aclaro al cajero cuando me está cobrando de menos? ¿Ayudo a los demás aunque no sea conveniente para mí? ¿Le causo dolor a otros? ¿Soy arrogante? ¿Soy amable? ¿Está justificada mi ira? ¿Le estoy dando a mis hijos la atención necesaria?

Nuestra moral es el contexto de la forma en que decidimos vivir. Algunos de nosotros podemos tener opiniones muy fuertes de lo que es correcto y lo incorrecto, pero no a la altura de nuestras propias normas. La sociedad es frecuentemente sacudida por el líder religioso que está caído en desgracia por sus aventuras amorosas fuera del matrimonio o el político que seduce a los niños que se supone debe proteger. A pesar de que podemos promover una determinada forma de vida, a menudo encontramos que no vivimos lo que realmente defendemos.

La moral y la ética son una extensión de nuestra percepción de lo que es verdad. Digamos que son nuestras verdades que se manifiestan, porque en realidad son el resultado de nuestras creencias. A menudo hablamos mucho acerca de quiénes somos, pero en realidad no podemos conocer a una persona hasta que vemos lo que hace y cómo se expresa.

La pregunta que debemos hacernos es ¿Tengo la moral de vivir mis creencias? Nuestro desafío como seres morales es el ejercicio de nuestras verdades personales en cada una de nuestras acciones. Lo interesante es que realmente no conocemos nuestra capacidad moral hasta que nos encontramos ante una situación que nos obliga a hacer una difícil elección. 

Es en esos momentos del destino que nos definimos. Todos sabemos que los límites extremos de lo que consideramos como un comportamiento adecuado y comportamiento inadecuado, se convierten en la guía para la forma en que vivimos nuestras vidas y nos dan la dirección en nuestras acciones. Pero todo esto es sin sentido si no tenemos la voluntad de demostrarlo con acciones cuando nos enfrentamos a nuestro destino. Como Bertrand Russell dijo: "Tenemos, de hecho, dos tipos de moralidad lado a lado, una que predicamos, pero no practicamos, y otra que se práctica, pero rara vez predicamos".

A menudo confundimos la moral como la ética o a la ética como la moral. La moral y la ética son las normas y principios que rigen la conducta apropiada para un individuo o grupo, sin embargo, estas palabras tienen dos significados muy diferentes.
La ética es un cuerpo de normas que regulan la conducta que se aplica a un grupo o individuo. Estas suelen ser acordadas para ser morales y rectas. Por ejemplo, el Congreso tiene su ética congresista regida por el comité de ética. Incluso una pandilla de la calle tiene un código de conducta, ¿Recuerda la "Omerta" o ley del silencio en la cultura de la mafia? A veces los códigos éticos son más entendidos en escritos, como la "ética protestante del trabajo", que ensalza las virtudes del trabajo duro y esfuerzo diligente. Iglesias y organizaciones religiosas por lo general tienen muy ricamente definido las normas éticas de conducta y actitudes que todos los miembros deben demostrar.

La moral, por el contrario, es más intrínseca a la persona y se basa en lo que la conciencia de alguien sugiere que está bien o mal, en vez de lo que la ley dice que es "correcta". De hecho, el comportamiento moral, incluso podría ser lo que uno sabe que es correcto a pesar de lo que es oficial o socialmente declarado justo. ¿Con qué frecuencia vemos el espíritu de una ley sacrificado por sus diversas interpretaciones?

La ética establece códigos sociales de conducta y comportamiento, mientras que la moral son comportamientos guiados por un profundo sentido interno de la decencia y el honor.

La verdadera moralidad no se puede legislar, porque se trata de los elementos básicos y esenciales que nos hacen ser quienes somos, sin asociación a nadie ni a nada. Son opiniones que sabemos con certeza, aunque se producen dentro de nuestro propio ser y puede ir en contra de las creencias convencionales. La ética está vinculada con el mundo físico y social de la religión, mientras que la moral está ligada a nuestra mente/espíritu, no al físico mismo.

A menudo buscamos a otros que comparten nuestros puntos de vista morales -y convivimos en clubes, iglesias, asociaciones y partidos políticos. Nos vinculamos con otras personas de mentalidad común por la fuerza, la utilidad, la comodidad, la protección, el éxito y lo más importante, el disfrute de la interacción. Cada comunidad elabora su reglamento e identifican estos valores. 

El punto es que independientemente de lo alta o baja que pueda parecer nuestra sociedad, todos tratamos de organizarnos con las normas y principios cuyas necesidades nos son comunes. Es evidente que las necesidades de las personas sólidamente establecidas y con raíces tradicionales de la comunidad, van a ser muy diferentes a las de una persona  que vaga por la calle, a la que podría considerarse una forma de vida no convencional. Obviamente, la fiesta del té ha definido la moral de una manera diferente a la del Partido Demócrata. Muchas de las actividades sindicales son consideradas por las grandes empresas como obscenas. Y mientras que Wall Street defiende la práctica de pagar mega primas, muchos de nosotros encontramos tales beneficios excesivos y sin moral. Como Alfred North Whitehead dijo: "¿Qué es la moral en cualquier momento o lugar? Es lo que a la mayoría de entonces y allí les guste, y la inmoralidad es lo que no les guste".

Para hacer:

En muchos aspectos podemos decir que nuestro sentido de la moral define nuestros límites, la línea que decimos no vamos a cruzar. Lo obvio, como no robar o no perjudicar a los demás son fáciles de seguir. La mayoría de nosotros no entraría a robar una tienda, pero tal vez obtendríamos el software pirateado por un amigo en lugar de comprarlo y pagar el precio justo. Estoy segura de que nunca abiertamente perjudicarías a alguien  rompiéndole la mano o perforando su intestino, sin embargo, tú podrías hacer observaciones que causen daño emocional. Estos son los tipos de inconsistencias morales que tenemos que observar y corregir.

Una vez a la semana medita sobre tu comportamiento, especialmente la forma en que vives tu vida diaria. Observa en qué hemos "cruzado la línea" y escribe una lista de las cosas que necesitas mejorar. Tu lista podría tener este aspecto:
  • Romper la promesa de llevar a los niños al parque.
  • Levantarse demasiado tarde.
  • Realizar compras estúpidas.
  • Cuando se enoja no decir nada hasta que se calme.
  • Superar la depresión por el trabajo, no por el aislamiento.
  • Deja de ser tan indeciso.
  • Hacer mal uso del tiempo.
  • Sea amable con los demás.
  • No insultar a los vecinos - ¡De nuevo!
  • Tomar decisiones malas cuando ha bebido demasiado.
Después haz tu lista de "buen trabajo”, una  la lista de las cosas que hiciste que te hicieron sentirte bien.
  • No participé en la fiesta con chismes.
  • Terminé de limpiar el garaje.
  • Fuí paciente con mi madre.
  • Fuí al gimnasio cinco días seguidos.
  • Estuve a tiempo en todas mis citas de esta semana.
  • Quité con pala la nieve de la acera del Sr. Miller.
  • Llevé a mi vecino con el médico.
  • No comí nada de azúcar.