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martes, 8 de mayo de 2012

La verdadera misión de la mujer sobre la tierra, S.H.M. José Manuel Estrada



Cada ser humano es único, con una misión muy específica que cumplir en esta Vida y que a la vez se suma a la misión exclusiva de su género. 

Hablando de la mujer, transcribo para ustedes una Enseñanza extraída del libro “Enseñanza Viviente” del S.H.M. José Manuel Estrada.

De acuerdo a la reeducación que trae la Gran Fraternidad Universal para los pueblos, se enseña que estamos justamente en los momentos precisos en los que la mujer ha de luchar por su verdadero lugar en el concierto de la evolución de las Naciones. 

Pero no politiqueando con el hombre, sino representando su contraparte filosófica, con su aporte intuitivo que tanto necesita el hombre para solucionar sus problemas. Por ejemplo, existe un problema mundial que se necesita estar miope para no verlo; sin embargo, hay una absoluta indiferencia hacia él; el coeficiente de la humanidad actual ha demostrado su incapacidad para mantener en absoluta paz al planeta, para acabar con el hambre, la pobreza, la desnutrición, el analfabetismo, etc., en los lugares menos afortunados.

Debe surgir un nuevo hombre, un diferente estado de conciencia que presente al mundo un ejemplo de rectitud, honestidad y eficacia. Allí está la verdadera misión secreta que la mujer actual tiene que cumplir: dar a luz ese nuevo hombre, tal vez sea anunciado como el Nuevo Hombre de América o Hijo del Hombre para nuestros tiempos.

Lo cierto es que, analizando el problema a fondo, llegamos a la siguiente conclusión inevitable: un mundo sumido en los tóxicos (alcohol, cigarrillos, café, carnes y las denominadas drogas), no puede engendrar ni concebir ese nuevo hombre que salve al mundo de los enredos y líos en que se encuentra, para implantar la paz en el planeta.

Toca a la mujer ejercer su facultad femenina, cumplir su misión ante el cosmos, que no es la misma del hombre, necesita liberarse para hacer lo que debe hacer sin que el hombre la interrumpa; prepararse física y mentalmente para producir esa nueva humanidad que tanto esperamos. Para ello debe renunciar a los tóxicos, limpiar su organismo de ellos y prepararse para conseguir ese nuevo hombre.

Ya se ha escrito bastante sobre la dieta ovo-lacto-vegetariana, que es la más equilibrada. Ya existe un número crecido de personas que siguen esta dieta y están produciendo hombres y mujeres de sangre limpia. Se está observando que los hijos de este tipo de mujeres tienen una mentalidad distinta a la de los hijos de quienes usan carnes en su alimento; tienen más fuerza de voluntad para enfrentarse a sus pasiones y más resistencia para soportar el dolor físico y el moral.

La mujer de hoy tiene en sus manos el cambiar a la humanidad por otra más equilibrada, más sana y más dueña de sí misma. Todo lo que ella necesita para su preparación al respecto está ya en el medio ambiente; necesita del yoga y ya existen en todas las grandes ciudades institutos para su aprendizaje, donde puede también entrenarse en el llamado parto psicoprofiláctico (parto sin dolor); necesita alimentación ovo-lacto-vegetariana, y ahora se multiplican los restaurantes vegetarianos y las “carnes vegetarianas”. En la librería De la Ferriere se encuentra literatura extensa sobre cocina vegetariana. Necesita la mujer aprender Astrología para conocer a su hijo (carácter y temperamento) desde antes de nacer y para entender mejor a su esposo, familiares, etc. Necesita conocer abogacía para defenderse y defender a sus hijos y, a veces, defenderse de su esposo. En la misma forma requiere estudiar medicina, para que su hijo encuentre junto a la cuna no sólo una madre, sino un médico consciente que sabe administrarle lo que requiere. En fín, debe documentarse en todo para saber escoger el cónyuge que ha de servirle para presentar esa Nueva Raza.

Las mujeres cultas e inteligentes deben meditar en este problema, para que no se conviertan en rémoras de aquellas que desean dar su aporte al advenimiento de este Nuevo Hombre.
Recordemos aquella profecía para nuestros tiempos:
“Apareció en el cielo una gran señal; una mujer vestida de sol; con la luna debajo de sus pies y sobre su cabeza una corona de 12 estrellas. Y estando en cinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento”. (Apocalipsis, Cap. 12)

Ayudemos a la Mujer en ese Alumbramiento; si lo hacemos, dentro de veinte años aparecerán los “Hombres de Nueva Levadura” que profetizara Don Miguel de Nostradamus, astrólogo y médico francés, nacido hace 472 años.

Gran Gurú Dr. José Manuel Estrada
Octubre de 1975