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martes, 12 de abril de 2011

El Cuerpo físico, Parte 4: ¿Quién manda? Por Elena Moreno





Traducción del inglés al español

Con raíces en las necesidades fundamentales de la supervivencia, tenemos una pasión instintiva para el sexo, comida, energía, seguridad y confort. El cuerpo físico hace grandes esfuerzos para que estas pasiones sean satisfechas.

Estas necesidades son muy importantes, pero también lo son las emocionales, espirituales e intelectuales.

 Es fundamental reconocer que cuando le damos un control total a nuestro cuerpo físico, sólo se atienden las necesidades o pasiones básicas que el cuerpo quiere satisfacer.

A primera vista, uno podría pensar que se trata de una cuestión simple: apuntar todas mis armas hacia mi yo racional y espiritual, para vencer la fuerza de mis deseos físicos.  Sé lo que es mejor para mí, pero ¿Tomo siempre las mejores decisiones? 

Este conflicto es tal vez la batalla fundamental que enfrentamos los seres humanos internamente.  Ten en cuenta la lucha interna de un sacerdote católico que rompe sus votos de castidad cuando sucumbe al deseo sexual.  Se pierde todo lo que ha tratado de lograr en años, por unos momentos de pasión. Consideremos un típico ejemplo más: Si decido levantarme temprano para ir al gimnasio, (que me ayudaría en mis necesidades físicas, emocionales e incluso espirituales, o quedarme en la cama porque es muy acogedor... ¿Quién tiene el control? ¿Quién está calientito y confortable?  Así es! Tu cuerpo físico. Si TÚ no eres tu cuerpo físico  ¿Debería él tener el control?  Tu cuerpo es tu vehículo de expresión, ¿no deberías TÚ ser el conductor?.

Si lo permitimos, nuestro cuerpo simplemente atenderá su propio placer y comodidad. Si, en cambio, QUIENES SOMOS queda en el asiento del conductor, nuestro cuerpo va a desempeñar el rol que le corresponde y estaremos en equilibrio. El nos dirá  lo que es mejor para nosotros, dándonos importantes mensajes. Nos dirá cuando hemos comido lo suficiente, cuando estamos levantando algo demasiado pesado, cuando necesitamos dormir, cuando estamos en peligro, cuando alguna parte de nuestro  físico necesita salud o atención.

Nuestro desafío es permitir que el cuerpo físico desempeñe el papel que le corresponde, en lugar de tener todo el control. Tu cuerpo es tu vehículo de expresión. No  necesariamente representa lo que TÚ eres.

Para hacer: 

  • Trabaja en controlar las necesidades de comodidad y placer de tu cuerpo. Por ejemplo,  intenta  bañarte con agua fría o tal vez ayunar un día a la semana.
  • Desarrolla habilidades físicas que requieran disciplina y esfuerzo físico extra, como intentar correr un maratón, tomar una clase de danza árabe o aprender tai chi.
  • Mueve tu cuerpo fuera de su zona de confort normal: levántate una hora antes, niégate un  dulce especial  u oblígate a subir las escaleras en lugar de tomar el ascensor.