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martes, 5 de abril de 2011

¿Influyen realmente los astros en nuestras vidas? por Pedro Magaña


En realidad todo lo que está delante o detrás de nosotros  está afectándonos: la sonrisa de un niño, la pobreza, la pasión, el coraje, el odio, la felicidad, el éxito, el fracaso;  sentimientos como estos los vivimos a diario, pero rara vez nos damos cuenta del significado que han dado a nuestro momento, nuestro día o nuestra vida.

Algo parecido experimentamos cuando vemos un hermoso paisaje, el cual podría inspirarnos de tal manera que nos sentiríamos orgullosos de vivir en ese lugar.

Y si por el contrario, vemos una planta nuclear amenazando nuestras vidas, tendríamos un sentimiento diferente, pero a fin de cuentas un sentimiento, que positivo o negativo cambia de alguna manera nuestra química corporal.

Si visitáramos un asilo de ancianos, sentiríamos la energía  circular tan lentamente que es posible que al término de nuestro recorrido saldríamos bostezando, por lo que no podríamos negar que hemos sido influenciados.

Cuando resolvemos situaciones que nos preocupan, vemos el día más brillante las montañas más hermosas, las flores más bellas, el aire más fresco.

 ¿Pero acaso las montañas, las flores, o el aire no estaban así antes? Entonces el hecho de ver las cosas diferentes no depende en sí de las cosas sino de nuestro estado de ánimo, nuestra cultura, etc. lo que en otro lenguaje se le llama hacer conexión.

Si hacemos conexión con una cosa, una persona, un lugar, un planeta podremos sentir más directamente su energía.

Si prendemos una fogata para calentarnos, es porque queremos hacer conexión con el calor que de ella emana, pero si encendemos una estufa, lo más probable es que queramos hacer una conexión indirecta con el fuego a través de los alimentos cocinados, en cambio si encendemos un fuego sagrado buscaríamos una conexión de tipo espiritual. En los tres casos el fuego es el mismo pero la intención diferente, aun pensando que el fuego no es consciente de la forma en que se le utiliza.

Así  todo en el universo tiene una carga energética propia, lo cual le da características muy específicas, nos parezcan positivas o negativas.

No podemos negar el impacto mundial que ha tenido la tragedia de Japón, pero aunque sintamos algo muy fuerte, llámese pena, dolor, angustia, etc. no se puede comparar con quienes lo están viviendo.

Volviendo al tema de los planetas, ¿Será coincidencia que los equinoccios inspiren a algunas personas a tener una conexión especial? ¿Que una lluvia de estrellas, el paso de un cometa o un eclipse causan tanto movimiento? ¿O tal vez fue coincidencia que en la primera y segunda guerra  mundial Marte, el llamado dios de la guerra, se encontraba más cercano a la tierra?.


Es bien sabido que nuestro satélite, la luna, influye de manera determinante en el movimiento de las mareas, las migraciones animales, los nacimientos o en la psique humana, al aflorar el romanticismo cuando está llena.

Nos toca reconsiderar que si un cuerpo tan pequeño tiene tanta influencia en nuestro planeta y en nosotros mismos, seguramente otros de diferente masa y distancia también nos influyan con su energía vibratoria (como mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón, por citar los más conocidos), o los conjuntos de estrellas que llamamos constelaciones.


¿Le causan las mismas emociones diferentes personas?

¿Qué le inspira ver el cielo estrellado?

¿Cuando se nubla, siente la misma energía?