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martes, 22 de mayo de 2012

¿Por qué no podemos ver lo que está justo frente a nosotros? por Tony McCaffrey



El obstáculo cognitivo más famoso de la innovación es la fijación funcional - idea manejada por primera vez en 1930 por Karl Duncker - en la cual la gente tiende a fijarse en el uso común de un objeto. 

Por ejemplo, la gente en el Titanic pasó por alto la posibilidad de que el iceberg pudiera haber sido su bote salvavidas. La prensa de esa época estimó el tamaño del iceberg entre 50-100 pies de alto y 200-400 pies de largo. El Titanic estuvo navegable por un tiempo y podría haber sido dirigido hacia un lado del iceberg. Mucha gente podría haber subido en él y encontrar lugares planos para permanecer fuera del agua durante las cuatro horas que tardó en llegar la ayuda. Concentrados en el hecho de que los icebergs hunden barcos, la gente ignoró el tamaño y la forma del iceberg (además del hecho de que no se hundiría).

Más ejemplos mundanos: en caso de apuro, la gente tiene problemas para ver que una silla de plástico del jardín podría utilizarse como un remo (voltearla, agarrar las dos patas y empezar a remar) o que la mecha de una vela podría usarse para atar cosas (quitar la cera para liberar el cordón).

El problema es que tendemos a ver sólo un uso del objeto, no el objeto en sí mismo. Cuando vemos un objeto común, la corteza motora del cerebro se activa y anticipa el uso del objeto en la forma habitual. Parte del significado de un objeto es estar listos para usarlo. Si un tipo de atributo no es importante para uso común, entonces no somos conscientes de ello. El resultado: la increíble inercia de nuestro cerebro para moverse hacia lo común. Aunque eficiente para la vida cotidiana, esta respuesta neuronal automática es el enemigo de la innovación.

Mi investigación ha demostrado que las personas pasan por alto las dos terceras partes de los tipos de características que un objeto posee. No dos tercios de las características, sino dos tercios de los tipos de características. Ignoran categorías enteras que no son relevantes para el uso común del objeto (por ejemplo, movimiento, simetría, textura y muchos otros). En un estudio, pedimos a quince personas que enlistaran de catorce objetos comunes, tantas funciones y asociaciones como pudieran (por ejemplo, una vela y una escoba). Luego clasificamos las respuestas en un sistema nuevo de 32 categorías de los tipos de funciones de los objetos físicos. En promedio, la gente pasa por alto el 20,7 de las 32 categorías (64,7%). Esto presenta un gran obstáculo para la creación de nuevas ideas.

Después de estudiar la creatividad por muchos años, he desarrollado una manera de ayudar a atravesar la fijación funcional; que llamo la técnica de las partes genéricas. Separar cada objeto en sus partes y hacer dos preguntas: ¿Puede dividirse aún más? ¿Su descripción implica un uso? Si es así, descríbelo de manera más genérica. Llamar a algo un témpano de hielo, por lo general implica golpear y hundir barcos. Pero no es lo mismo si lo describimos más genéricamente como una superficie flotante de 200-400 metros de largo. Esta técnica de forma sistemática despoja de las capas de usos preconcebidos del objeto y todas sus partes. Los datos muestran que a través del tiempo los usos alternativos surgen más fácilmente. 

El enfoque de la Hipótesis de las Funciones Ocultas para la innovación, articula las múltiples maneras en que nuestro sistema neuronal automáticamente genera el significado y luego construye las contra técnicas para descubrir lo que se pasa por alto. Una vez que lo desconocido se ha descubierto, la innovación no está muy lejos. La innovación es poner a trabajar las funciones ocultas para algo útil. Esto suena prometedor en teoría, pero hay que desafiarnos a nosotros mismos, usando nuestro enfoque para producir algo nuevo. 

Las velas han existido desde hace unos 5.000 años, por lo que se podría pensar que todo tipo de velas ya ha sido inventado. Pero nosotros demostramos que una vez que se han descubierto las funciones ocultas de una vela, varios diseños nuevos basados ​​en esas funciones pronto se realizarán. Tomamos los resultados de la vela y en dos sesiones de una hora se construyeron diez nuevos diseños de velas, basados exclusivamente en los tipos de funciones que antes se habían pasado por alto. Dos empresas de velas confirmaron que nueve de los diez diseños eran en realidad nuevos y una empresa ya tiene la licencia de uno de nuestros diseños y está interesada en los demás.

Las soluciones innovadoras – más allá de los nuevos tipos de velas - se construyen generalmente sobre una característica oculta de tu problema. Si la característica clave fuera vista de manera común, lo más probable es que el problema se habría resuelto hace mucho tiempo. Técnicas tales como la técnica de las partes genéricas ayudan a descubrir los usos ocultos, que son cruciales para la innovación.



Tony McCaffrey developed the Obscure Features Hypothesis for innovation as his dissertation in cognitive psychology from the University of Massachusetts Amherst. He is currently funded by the National Science Foundation's Center for e-Design to implement his innovation-enhancing techniques in software. Beta testing will begin in summer 2012.
Harvard Business Review



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ICEBERG IN SUNLIGHT WITH WATER REFLECTION
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Staphy | Dreamstime.com